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sábado,
17 de
marzo de
2007 |
Dos obreros murieron tras caer desde techos
Uno es un joven de entre 20 y 23 años que ayer hacía "una changa" y se desplomó al vacío
La construcción sigue sumando víctimas fatales. Con diferencia de horas, dos trabajadores murieron ayer mientras realizaban arreglos sobre los techos de sendos galpones de Rosario. Uno de los casos se produjo en Junín al 700, donde un hombre de 41 años falleció al caer al interior del depósito; y en el segundo episodio murió un joven de apenas 20 años, que también cayó desde un techo a más de diez metros de altura.
Néstor Zarco se encontraba junto a otros obreros sobre el depósito de la distribuidora de maquinarias agrícolas que funciona en Junín 718 cambiando las chapas del techo. De repente, se desplomó desde unos seis metros de altura y cayó dentro del depósito.
"Sus compañeros estaban trabajando de espaldas y ninguno pudo ver cómo ocurrió la caída", explicaron fuentes policiales, que aclararon que "la mayoría de los obreros contaba con los elementos de seguridad necesarios, por lo que se induce que esta persona se desató para bajar y allí cayó".
Aunque tras al golpe resistió y fue asistido por una ambulancia, el hombre finalmente falleció en el Hospital Centenario.
Una changa
En el otro caso el infortunado protagonista fue un joven de aproximadamente 20 años que hasta ayer a última ahora no había sido identificado El joven según indicó la policía habría estado realizando una changa sobre el techo de un galpón a diez metros de altura desde donde cayó y murió en el acto
El galpón pertenece a las canchas de tenis que funcionan en Tucumán 3140 y que también tienen ingreso por Catamarca. "Aparentemente estaba realizando un arreglo allí cuando parte del techo de fibrocemento cedió y la persona cayó al vacío", detalló la policía.
En el lugar del accidente ningún responsable de los trabajos se hizo presente. El empleado que se encontraba en el predio donde funcionan las canchas de tenis admitió saber que había alguien trabajando, pero aseguró que desconocía la identidad del joven, de entre 20 y 23 años. Así, la construcción se cobró dos nuevas vidas.
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