Lagos, volcanes y aventuras

Leonardo Freidenberg

A 200 kilómetros de la ciudad neuquina de San Martín de los Andes, cruzando por el paso Tromen —conocido del lado chieno como Mamuil Malal—, las ciudades de Pucón y Villarrica son pequeñas poblaciones cordilleranas rodeadas por magníficos escenarios naturales.

Tierra sembrada de leyendas del pueblo mapuche, lagos y volcanes, se trata de una zona donde la historia y la cultura de los habitantes originarios de esta parte de América se combinan con dos actividades aparentemente contradictorias, pero en realidad complementarias: el relax y el turismo aventura.

La presencia de los volcanes permitió el desarrollo del turismo termal, y en ese rubro, las Termas de Huife y las Termas Geométricas, se destacan por la excelente calidad de sus aguas de más de 35 grados y sus piletones, rodeadas por una vegetación dominada por las araucarias.
Cuevas volcánicas
El parque turístico, científico y ecológico Cuevas Volcánicas, ubicado en la ladera norte del volcán Villarrica (Ruka Pillán en lengua mapuche), es uno de los paseos distintivos locales. Una exposición de fotos y objetos relacionados en la “Casa de los Volcanes”, el túnel lávico donde se recorren grandes bóvedas y se conocen los distintos tipos de lavas y minerales subterráneos, el simulador de fumarola eruptiva llamado Cráter Adventicio y el canopy en ese mismo lugar, son algunas de las posibilidades ofrecidas al viajero.

Cabalgatas, rafting, trekking, pesca de salmónidos y visitas a los parques nacionales, son algunas de las posibilidades que ofrece toda esta zona del sur de Chile, que se caracteriza también por excelentes servicios hoteleros y gastronómicos.

En ese sentido, son destacables el Villarrica Park Lake Hotel —un cinco estrellas que cuenta con un impresionante spa de 1.600 metros cuadrados—, el Gran Hotel Pucón —de cuatro estrellas y una permanente actividad nocturna que incluye shows y fiestas temáticas— y el Hotel del Lago en Enjoy Pucón, que además de sus cinco estrellas tiene un casino con todos los juegos de azar imaginables.

La gastronomía local, fuera y dentro de los hoteles, suele combinar la comida internacional con productos característicos de la tradición mapuche. Precisamente estas tradiciones antiguas se descubren en diversos lugares de Pucón y Villarrica.


Museo Mapuche
Desde el pequeño Museo Mapuche que atesora piezas que en su mayoría datan del año 400, hasta la señora Irma, que recibe en su ruca —vivienda típica construida en madera y paja— a los turistas, para contarles las viejas anécdotas y leyendas de su pueblo, y ofrecerles algunas de las comidas básicas de aquellos que todavía resguardan sus costumbres, idiosincracia y su idioma, el mapudungún, una lengua oral cuyo alfabeto tiene sólo 7 vocales y 18 consonantes.

Con un fuego encendido dentro de la ruca, Irma cocina ante sus visitantes los productos a base de trigo, y mientras el humo se extiende por la pequeña construcción sin ventanas en las paredes y una abertura en el techo deja pasar un haz de luz, la mujer relata detalles de la vida de los hombres y mujeres que habitaron desde siempre el sur de Chile.

Por las características de la zona, el turismo allí mantiene picos estacionales pero ofrece interesantes variantes para practicarlas durante todo el año. El emocionante y colorido viaje a Pucón desde Argentina puede hacerse por tierra en dos horas y media desde las ciudades neuquinas San Martín o Junín de los Andes.