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domingo,
04 de
febrero de
2007 |
Vacaciones sangrientas
Las vacaciones ideales pueden terminar muy mal. Sobre todo si se tiene la mala suerte de que se descomponga el auto en medio de la travesía, y que además ocurra en el lugar donde merodea un loco asesino. Eso les ocurre a un grupo de chicos de vacaciones en Australia. La película no intenta ser original. Sin embargo una buena fotografía refleja la vastedad de un territorio que parece sugerir que cualquier aventura es posible, inclusive, y quizás sobre todo, la más horrorosa. El director encuentra el sustento del clima de su relato en medio de un paisaje desolado, que reafirma la vulnerabilidad a la que serán expuestas las víctimas del psicópata. El entorno genera una atmósfera necesaria para que la historia funcione, a pesar de los lugares comunes y los clichés.
R.B .
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