|
domingo,
04 de
febrero de
2007 |
Start up
¿Quién mató a Rudolph Diesel?
Eduardo Remolins
El 29 de septiembre de 1913 Rudolph Diesel (el inventor del motor que lleva su nombre), abordó en la costa alemana el ferry SS Dresden, que lo llevaría a Inglaterra. Al día siguiente un tripulante de la nave encontró su cabina vacía. Su cuerpo sin vida fue hallado en el río Scheldt el 18 de octubre.
Existen varias teorías para explicar lo sucedido. Una de ellas es el suicidio, debido a problemas financieros. Una más inquietante es la que postula que algunos inversores de la entonces ascendente industria del petróleo se preocuparon por el impulso que el inventor alemán le estaba dando al uso de combustibles alternativos y renovables en su motor.
"El uso de aceites vegetales como combustibles puede parecer insignificante hoy, pero esos aceites pueden convertirse con el tiempo en combustibles tan importantes como el petróleo o el carbón lo son en nuestros días", escribió antes de morir. Después de su muerte, el motor de Diesel sólo fue producido y vendido para el uso de combustibles derivados del petróleo.
Sea quien haya sido el que mató a Diesel, los tiempos han cambiado y la sociedad y la economía parecen estar maduras para volver al uso de combustibles renovables y ecológicamente menos agresivos. Ya no dependemos de un combustible que se agota. Tenemos la tecnología para reemplazarlo: se llama biodiesel.
El mundo se mueve por olas de cambio. El petróleo fue el responsable del auge de ciudades como Bakú, estados como Texas o países como Kuwait.
Es posible que estemos entrando en otra era. Una donde la prosperidad de las regiones esté asociada a la vinculación que tengan, no ya con el petróleo, sino con sus sustitutos. Si el futuro próximo del mundo estará signado por el crecimiento y maduración de las tecnologías energéticas ecológicas, nuestra posición podría ser envidiable: estamos enclavados en un mar de "petróleo verde".
Podríamos estar presenciando el nacimiento de la oportunidad económica más importante desde el auge agroexportador de finales del siglo XIX. Quizás esta sea mayor. Sin embargo, no parecemos haber tomado conciencia. Más allá del trato amable que reciben las empresas interesadas en construir plantas de biodiesel en Santa Fe (debido, más que nada, a la preexistencia de plantas de aceite de soja), ¿que más estamos haciendo?.
[email protected]
enviar nota por e-mail
|
|
|