El sudoeste tiene su boom de consumo

Claudio Berón / La Capital

El crecimiento de la zona sudoeste de Rosario, con la pavimentación de bulevar Seguí y los nuevos barrios que se instalaron en ese amplio territorio, hizo que el centro comercial que abarca desde Felipe Moré hasta avenida Rouillón tomara vuelo en los últimos cinco años. El sector va del 5.100 al 5.400 del bulevar. Allí hay negocios que llevan quince años de instalados pero, según el cálculo de antiguos, vecinos los cerca de 30 mil pobladores nuevos le dieron a la zona el nuevo perfil que se aprecia en los últimos cinco años.

En esa geografía que mostraba descampados y quintas hace diez años, se crearon cuatro barrios nuevos y sendos edificios del plan Fonavi. Esto acercó la mayor cantidad de pobladores. Poco a poco bulevar Seguí se pobló de comercios. Un local en el frente situado de esas cuatro cuadras ronda los 1.200 pesos de alquiler. Si la opción es invertir en el lugar debe contarse con una base de 40 mil dólares. Como muestra: una inmobiliaria vende dos locales chicos con una casa habitable en Seguí al 5.200 por 70 mil dólares.

En esas cuadras se agrupan unos 50 locales en los que se vende desde indumentaria hasta comestibles y, contrariamente a los negocios del centro que abarrotan sus vidrieras con liquidaciones de temporada, en estos locales hay "buenos precios" y todo se desea, según cuentan los clientes, todos vecinos del barrio.

Según un trabajo de la Dirección General de Habilitación Municipal en la zona oeste y sudoeste entraron unas 1.500 pedidos de habilitación de comercios e industrias. La reactivación y sobre todo el rubro de la construcción, son para los comerciantes del lugar las causas del boom de reactivación en este centro.


La resurrección
Los consumidores prácticamente no tienen tarjetas de créditos y los pagos son de contado o bien por medio de la antigua financiación de cada local. Otra modalidad es que una vez que los clientes son habitués mantienen una cuenta corriente, pero no son estos los casos que abundan.

La indumentaria y la ropa deportiva es de segundas marcas y a un precio del treinta por ciento menos. "Son similares y duran lo mismo", sostiene Tito, un asiduo consumidor de zapatillas y buzos deportivos.

Las fechas fuertes de la compra son, básicamente, desde mediados de mes en adelante. Según Marcela, que hace un año atiende una de las tiendas, "es la fecha del plan jefas y jefes de hogar, acá hay mucha gente sin tarjeta de crédito y muchos trabajan en negro, sin recibo de sueldo, entonces sólo pueden pagar en efectivo", argumenta.

Los comerciantes de la zona son en su mayoría del barrio o de la zona cercana de avenida Godoy, los compradores viven todos en las cercanías."En Navidad un amigo se puso con un cuenta ganado y llegamos a contabilizar 150 personas por minuto paseando por el bulevar", sostiene un comerciante de una casa de loterías.

Mucha de la mercadería proviene de las ferias del conurbano bonaerense, de La Salada. Varios comerciantes de distintos puntos de la ciudad, y varios de este centro, se organizan y hacen tours de compras para las ferias. "Llegan a movilizarse diez colectivos los jueves desde la Terminal", cuentan.

El desarrollo paulatino fue urbanístico; "La pavimentación de la doble mano de Seguí y las luminarias, además de la cantidad de gente que vino a vivir acá fue lo que hizo esto posible" dice Raúl, dueño de un negocio de deportes.


Contado rabioso
"Acá todo el comercio trabaja bien. Hay mucha gente del barrio que es de la construcción y cobran por semana o por quincena. Yo no tengo ni tarjeta ni financiación, todo efectivo", sostiene con ojos de calculadora.

Cada rubro tiene su particularidad. Sebastián es dueño de un local de electrodomésticos y se maneja con financiación externa: "Tenemos tarjetas de poco monto, las más populares, la gente compra muchos equipos de música, es lo que más sale", asegura.

En las cinco cuadras que los vecinos llaman pomposamente "el centro" se encuentra todo tipo de negocios y caminar los fines de semana se torna una aventura. "Viernes por la tarde, todo el sábado y el domingo a la mañana no se puede caminar, hay gente por todos lados", se asombra una vendedora.

Una vecina con sus hijo recorre en la tarde del jueves la zona. "Es mucho más barato que en calle San Luis, en el centro (el tradicional) los precios están por las nubes, tal vez haya más variedad pero esto es más barato, por lo menos un 25% menos. En Navidad era mejor venir acá que ir al centro", dice entusiamada con el barrio.

El alquiler de un local en la zona comercial ronda los 1.200 pesos mensuales.