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miércoles,
15 de
noviembre de
2006 |
Una escuela sin chicos, pero con recuerdos
A cincuenta metros del caserío de los Agud está la que alguna vez fuera la Escuela Rural Nº 95. Cerrada desde hace años, el edificio sigue muy bien conservado, aunque el yuyal que lo circunda parece ahogarlo como el progreso hizo con Francisco Paz.
"Como ex alumna del CER Nº 95, escuela rural de ese querido pueblo de mi niñez, tengo muchos recuerdos e historias para contar. Soy tercera generación de alumnos y también fui vecina de esos ocho habitantes que aún quedan. Agradezco infinitamente que se acuerden de Francisco Paz y de su rica historia", dice el texto de un mail que Paola Papeschi envió a LaCapital.
"Yo estudié en esta escuela en la década del 70. Habremos sido una docena de pibes. Después se cerró porque no tenía más alumnos, el campo se fue quedando sin gente y sin chicos", reflexiona por su parte Rubén Agud.
Detrás del edificio escolar se adivina un pequeño sector de camping con mesas y bancos de cemento, al lado de una canchita de fútbol también invadida por el yuyal. Unas botellas vacías de gaseosas revelan que alguien pasó allí un grato momento bajo la frondosa arboleda.
Margarita Tévez vive en Rosario, y si bien no nació en Francisco Paz atesora imborrables recuerdos de su niñez, cuando llegaba en tren para visitar a sus abuelos y tíos, los Martini, que vivían en los campos aledaños.
"Mi madre nació allí, pero a los 18 años conoció a mi padre, se casó y se fueron en sulky a Casilda. Cuando yo era chica iba en tren a Francisco Paz, me bajaba en la estación que estaba enfrente de Agud y mi tío venía a buscarme en moto. «Llegó Margaritella», decía la nona cuando me veía entrar. Era toda una aventura que jamás olvidaré", recuerda la mujer con una emoción que ni el teléfono puede disimular.
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