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 sábado, 11 de noviembre de 2006  
Otra denuncia de amenazas entre ciudadanos chinos

Una ciudadana china denunció en sede policial que dos hombres de su misma nacionalidad la amenazaron para que no alquilara un local céntrico, que ella tenía en carpeta para ampliar su supermercado. “La mujer no dio muchos detalles. Sólo comentó que dos personas se le acercaron en su negocio y le dijeron que no alquilara ese lugar. Después se fueron”, contó una fuente ligada a la investigación. No es la primera vez que un ciudadano oriental realiza una denuncia policial por amenazas cuando intentan alquilar locales comerciales aptos para el funcionamiento de este tipo de comercios.

Fue la muerte de Gao Sheng Feng, el 19 de julio de 2005, la que expuso en las crónicas policiales rosarinas la presencia de un nuevo fenómeno: las triadas o mafias chinas. Gao había llegado desde provincia de Buenos Aires para instalar un súper en la zona oeste. Pero para eso debía pedir autorización y pagar un canon a una banda integrada por sus propios coterráneos. La investigación policial sobre el caso Gao, quien tenía 28 años, indica que el hombre no cumplió con alguna recomendación. Lo encontraron maniatado y muerto de dos disparos en una vía lindera al acceso Sur y Gutiérrez.

Ya en 2006, el último día de febrero pasado, Gwang Wan Liu, de 41 años, fue sorprendido por un connacional frente a la puerta de su súper de Rouillón y Uruguay que lo baleó por la espalda. Algunos días antes, Lin Beini, denunció ante la Justicia que gente de su comunidad le exigió 20 mil pesos al año para poder trabajar con tranquilidad. El 5 de mayo, en Cerrito al 7100, dos ciudadanos chinos fueron demorados como sospechosos de pretender incendiar el negocio de un compatriota. Y un mes más tarde, el 6 de junio, un ciclista desconocido arrojó una granada lacrimógena dentro de un súper chino en Mendoza al 7800.

A esa saga de hechos ahora se suma la denuncia hecha por L.B.L., una mujer que fue amenazada por dos hombres frente a un local de Balcarce y Güemes. Aparentemente, según la denuncia, los hombres le “sugirieron” que no debía abrir el súper en ese lugar. Aún no está claro si fue porque estaría compitiendo con otro negocio del ramo establecido muy cerca de allí o porque la mujer se negó a pagar algún tipo de canon.
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