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 sábado, 11 de noviembre de 2006  
Reflexiones
La deuda con la educación técnica

Fernando J. Pisani (*)

Aún cuesta entender que por más de diez años se haya aceptado e impuesto un modelo educativo que eliminó a las escuelas técnicas. Por eso hoy, cuando todo el país (sociedad civil, empresarios, gobierno nacional, escuelas, docentes, padres, otras provincias) defiende la reinstalación de las escuelas técnicas e incluso el Congreso Nacional aprueba en el 2005 la ley de educación técnico profesional, resulta inconcebible que en Santa Fe se esté desconociendo ésto y se haya parado parte importante del proceso de recuperación de las escuelas técnicas iniciado en el 2004.

A partir del 2004 Santa Fe fue una provincia de vanguardia en la recuperación de la escuela técnica, cambiando normativas que la desconsideraban, aprobando títulos técnicos de nivel medio (eliminados por la ley federal), aprobando el sexto año técnico, comenzando el proceso de reequipamiento de las escuelas y por sobre todas las cosas impulsando con fuerza a nivel nacional la necesidad de la ley de educación técnico profesional, que conseguimos en el 2005. Y Santa Fe tenía que adherir a dicha ley y fundamentalmente aplicarla (pues en realidad lo que vale es la aplicación, ya que la ley federal se aplicó sin adherir legalmente). Pero a más de un año aún no lo hizo, a pesar que ni bien salió la ley la Cámara de Diputados de Santa Fe vota por unanimidad una comunicación al Ministerio de Educación donde manifiesta que "vería con agrado que el Poder Ejecutivo impulse a través de los organismos provinciales correspondientes la adhesión a la ley nacional de educación técnica y elabore normas y resoluciones necesarias para adecuar la legislación provincial e integrar las comisiones y consejos previstos por dicha norma".

Si bien gracias al fondo nacional que conseguimos cuando se aprobó aquella ley las escuelas están comenzado a reequiparse, de poco sirven las maquinarias si no hay buenos y actualizados planes de estudio que formen técnicos, y si dentro de la estructura curricular no aparecen con fuerza los talleres, eliminados por la ley federal, si no se te toman todas las medidas para fortalecer nuevamente la educación técnica.

Pero el Ministerio de Educación santafesino en vez de aplicar el artículo 24 de la ley que habla de un plan de estudios de seis años como mínimo, bajó a las escuelas días atrás las llamadas "grillas" o "estructuras curriculares" que profundizan aún más el modelo de la ley federal, con el rompecabezas tantas veces repudiado de "espacios" de la EGB3 + Polimodal + TTP. Para quienes con justa cordura no entienden esas siglas: "EGB3" significa que siguen desaparecidas en los primeros años de la secundaria historia, geografía, química, física, biología y existe un régimen de promoción y evaluación displicente, no sólo rechazado por la mayoría de los docentes, sino que son opuestos a los que se aplicarán en los años siguientes, fracturando la escuela secundaria y desorientando a docentes, alumnos y padres. "Polimodal" significa materias que no tienen sentido de existir con docentes que jamás fueron preparados para ellas. Y "TTP" implica una concepción "modular" que llevaría un libro explicar qué significa enseñar "modularmente" y que la mayoría de los docentes no están ni estarán preparados pues es un modelo inventado alejado de las realidades de las escuelas y de cómo realmente se forma tanto un maestro como un técnico.

Aplicar la ley, entre otras, implica establecer un plan de estudios integral de seis años como mínimo, coherente, basado en disciplinas, con igual criterio de evaluación y promoción, que forme a integralmente a las personas y al mismo tiempo forme un técnico. Y no más de lo mismo de la ley federal, aunque sin sus nombres.

No termina allí el tema del plan de estudios, pues la actual gestión ministerial sigue queriendo hacer desaparecer los talleres, columna vertebral de la educación técnica. La misma política y funcionarios que lo intentaron abiertamente años atrás pero tropezaron con la resistencia de las escuelas, hoy persisten en el intento aunque de manera más sutil: no aparecen en las grillas con su nombre propio y ni con una carga horaria de doce horas semanales como mínimo. Por supuesto que consiguieron el repudio de muchas escuelas que se dieron cuenta de la maniobra, pero no es el hecho. Hoy una ley nos ampara, hay que aplicarla. Y hay chicos que formar y necesitan de esos talleres fuertes, bien estructurados, abiertamente reconocidos e integrados al plan de estudio.

También la ley establece puntos fundamentales para promover la vinculación correcta con el mundo de la producción y el trabajo. Pero la normativa santafesina choca con muchas de las orientaciones establecidas por la ley, y es necesario adecuar esa normativa a la ley. Tampoco se crearon aún los consejos provinciales y regionales de educación, trabajo y producción donde en plano de igualdad estén gobierno, trabajadores, empresarios, escuelas y otros organismos para contribuir a fortalecer y reconstituir el tejido social con la educación y mejorar ésta. No es de extrañar que cuando las empresas buscan personal especializado no se encuentran ni se encontrará con esta política.

A pesar de que ya hace más de un año que se aprobó la ley, Santa Fe tampoco estimuló la recuperación de las carreras y títulos de técnico mecánico, electricista, electromecánico, químico, aire acondicionado y refrigeración, y otros hechos desaparecer por el gobierno de Santa Fe y que sí están en otras provincias o se están recuperando. Si en el discurso del 1º de mayo del 2004 el señor gobernador Jorge Obeid podía decir con orgullo que se había reinstalado la norma de que para conducir una escuela técnica al menos uno de los dos directivos tenía que tener formación técnica y el otro pedagógica, la actual gestión de nuevo a dado marcha atrás y desconsidera el anuncio tan aplaudido aquel día. Y la lista sería larga.

Es sintomático que el sentir de muchas escuelas sea "deberemos esperar que termine el mandato esta gente y cuanto más lograr que hagan el menos daño posible". Pero no puede ser esa la única alternativa, pues hay generaciones de chicos que hoy están en la escuela y mañana no, que hoy salen a veces con un título bajo el brazo que tiene sabor a estafa, pues no están preparados como deben por planes de estudio impresentables, armados por quienes no saben cómo se forma un técnico en tal o cual especialidad.

En los próximos meses las escuelas irán recibiendo importante equipamiento por los planes de mejoras que elaboraron las propias escuelas y que serán un puntapié formidable para la nueva escuela técnica que necesitamos. Cada nuevo torno, pinza, microscopio, pala, guante, anteojos de protección, PLC, es un triunfo de las escuelas técnicas. Como dijo el presidente Kirchner, nos están devolviendo lo que nos corresponde. Ahora debemos lograr que por una buena vez se entienda que la educación técnico profesional debe ser una política de Estado que trascienda a todas las gestiones ministeriales y que se debe erradicar y repudiar el modelo noventista.

(*) Ex director provincial de Educación Media y Técnica de la provincia de Santa Fe. Docente de escuelas técnicas de Rosario y del Politécnico (UNR)
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