El artista canta hoy en El Círculo los temas emblemáticos de su carrera

"Siempre traté de seguir mi instinto y no subir al carro sonoro de la globalización"

Jairo dijo que su repertorio se caracteriza por el eclecticismo, pero que se mantiene fiel a su gusto y a su identidad

Rodolfo Bella / La Capital

El cantante Jairo se presenta hoy en una única función, a las 21.30, en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza. A pocas horas de regresar de Francia, donde viajó para difundir su último trabajo, Jairo adelantó a La Capital que en su espectáculo hará un recorrido por su carrera, desde algunos temas de la década del 70 hasta la actualidad. Las canciones están incluidas en una colección de 16 placas que fueron lanzadas recientemente y que intentan recoger lo mejor de su trabajo junto a su colaborador habitual Daniel Salzano.

-¿Por qué cree que mientras estaba radicado en Francia sus discos se vendían bien en Argentina?

-Bueno, fue así en toda América. En realidad era un cantante que tenía mucho éxito sin tener mucha presencia porque viajaba y cantaba muy poco en vivo y porque casi toda mi carrera la hice en Europa. Será porque de España me fui a Francia, y ahí se hizo mucho más complicado hacer presentaciones en Latinoamérica. Se editaban los discos pero no ofrecía presentaciones en público.

-¿Cambió la concepción de su música después de que se radicó en Francia?

-Indudablemente. Creo que desde el punto de vista musical hay una diferencia muy grande. Cuando me fui de España estaba en algo confuso musicalmente, no estaba muy claro lo que hacía, salvo excepciones, canciones que fueron muy exitosas, pero esporádicas. Musicalmente daba como palos de ciego, no llegaba a concretar un estilo. Cuando llegué a Francia, las cosas cambiaron un poco porque empecé a grabar con el mismo equipo y también influyó que Francia tiene una diferencia muy grande desde el punto de vista del mercado.

-¿Esos "palos de ciego" definieron su estilo ecléctico?

-Sí, es claramente ecléctico, pero lo es no sólo en el estilo sino que ahora me gusta cantar en distintos momentos cosas muy diferentes. Puedo abordar folclore, baladas, canciones de autor, distintas cosas, pero que en general dependen del momento en el que me encuentre.

-¿Cuál es la actitud con la que aborda el repertorio?

-Mi manera de abordar el repertorio es algo que con el tiempo se fue afianzando como una especie de desorden buscado. Dentro de ese desorden yo encuentro más o menos las cosas. Es como un piso de soltero, donde uno con la mirada va descubriendo elementos que está fuera de su sitio, pero uno sabe exactamente dónde están las cosas.

-¿Cuánto influyó en su trabajo la sociedad con Daniel Salzano, el autor de las letras?

-Al escribir las canciones siempre con el mismo autor, Daniel Salzano, me proveyó de un cierto lenguaje personal, que es muy particular y original, con una manera muy personal de abordar los temas, como es personal su poesía. Eso se nota mucho. Hace veinte años que trabajamos juntos y tuvo una gran influencia. Creo que la prueba más concreta es que en los últimos años casi el 80 o 90 por ciento del repertorio que canté en vivo eran canciones de las que componemos con Daniel. A medida que iba pasando el tiempo iba dejando de lado cierto repertorio en el que sin embargo había canciones muy exitosas.

-¿Cambiaron sus intereses en cuarenta años de carrera?

-Sí, cambiaron mucho, pero el mundo también cambió. Es evidente por poco observador que uno sea sobre ciertas cosas que suceden a nuestro alrededor. Eso se nota a la hora de elegir el repertorio, de cantar ciertas cosas. Varió, pero en realidad se amplió. Cuando empecé no lo hice pensando que algún día iba a cantar un repertorio de Atahualpa Yupanqui, y sin embargo el tiempo me llevó a hacerlo en el momento que realmente lo deseaba.

-¿Influye la situación social o política del país para elija un tema u otro?

-Yo no soy de especular con ese tipo de cosas. Por supuesto que se da en un momento determinado. Eso se respira. Hubo una época en la que había muchas canciones de protesta y creo que eso estaba ahí, pero tenía que ver con la época. Eso se transformaba en el motivo y la fuente de inspiración de los autores en ese momento y el estilo de la protesta surgió de una manera muy natural también. A un creador también lo inspira la realidad y la realidad en Argentina es muy cambiante y eso al artista le tira cosas muy distintas. De un día para otro se pasa de un tema a otro con una velocidad que es muy difícil de entender.

-¿Cuál es su visión de Argentina desde el exterior?

-Me parece que en Argentina pasan muchas cosas, pero el país no es ajeno al fenómeno globalizador. Es un fenómeno que tiene un lado positivo en cuanto a la facilidad con que se divulgan las cosas, pero también tiene uno negativo. Ha cercenado muchas raíces culturales. En casos concretos como Argentina, o como Francia, España o Rusia, que tienen una tradición cultural y musical muy arraigada, la globalización se llevó por delante muchas cosas.

-¿Cómo impacta eso en su profesión?

-En nombre de la globalización dejaron de existir varios movimientos musicales. Por ejemplo un chico que canta folclore tiene mucho menos acceso a las grandes compañías multinacionales que los que tenían en otra época. La globalización trajo una canción mundial, única, que tiene más o menos la misma estructura y que es parecida en todas partes. En mi caso, traté de seguir mi propio instinto y no me uní a la regla general. Podría haberlo hecho, pero no me colgué del carro sonoro de la globalización.

Jairo cantará temas incluidos en la colección que recopila su obra.