Desaparecidos. Lo declaró ante un juez en Montevideo

Militar uruguayo admitió visitas a prisioneros en Automotores Orletti

El coronel (R) José Nino Gavazzo está detenido y tiene un pedido de extradición del juez federal Daniel Rafecas

El coronel (r) uruguayo José Nino Gavazzo admitió por primera vez ante la Justicia de ese país que en 1976 visitó a prisioneros políticos uruguayos en el centro de detención conocido como Automotores Orletti, en Buenos Aires, pero aseguró que lo hizo como mediador, para rescatarlos y evitar que fueran asesinados por los militares argentinos.

El oficial retirado del Ejército, acusado de numerosos crímenes cometidos por la dictadura, declaró el lunes durante cinco horas en un tribunal de Montevideo ante el juez penal Luis Charles.

Dijo que varios millones de dólares que estaban en poder de detenidos en Orletti fueron repartidos por los militares uruguayos con sus colegas argentinos.

Gavazzo permanece detenido desde mayo, junto a otros cinco militares y un policía retirados, mientras se sustancia un pedido de extradición del juez argentino Daniel Rafecas, quien le imputa cargos de "asociación ilícita" y "privación ilegal de libertad" por su supuesta participación en el Plan Cóndor, la coordinación represiva de las dictaduras del cono sur.

El juez Charles investiga en otra causa el destino de los uruguayos Adalberto Soba Fernández y Alberto Mechoso, integrantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), quienes fueron detenidos el 26 de septiembre de 1976 en Buenos Aires, donde estaban refugiados, y permanecen desaparecidos.

Testimonios de familiares de las víctimas aseguraron que ambos prisioneros fueron alojados en Automotores Orletti junto con sus esposas e hijos, y que posteriormente Gavazzo y el coronel (r) Ricardo Arab trasladaron a los familiares a Montevideo.

En aquel momento, según la denuncia, los militares se apropiaron de unos seis millones de dólares que estaban en poder de militantes del PVP, producto del pago del rescate por el secuestro de un industrial argentino.

Sandro Soba, hijo del desaparecido Adalberto Soba, relató: "Yo entonces tenía ocho años y antes de que Gavazzo y Arab nos trajeran a Montevideo pudimos estar un par de horas con mi padre, totalmente torturado y que apenas podía hablar".

"Luego nos trasladaron, haciéndose pasar por los padres de la familia, y nos trajeron a la casa de Punta Gorda, en Montevideo", centro clandestino de interrogatorios, y finalmente dejados en libertad.

Gavazzo, según fuentes judiciales, admitió ante Charles que el 3 de octubre de 1976 el jefe del Servicio de Información de Defensa (SID), general Amaury Prantl, ya fallecido, le comunicó que debía viajar a Buenos Aires porque "un señor quería hablar y entregar un dinero".

El militar confirmó la versión de que en ese año fueron retirados seis millones de dólares en la casa del militante del PVP Mechoso y que el dinero fue repartido con los militares argentinos. Aclaró que le entregó al general Prantl un maletín con 1.200.000 dólares, pero que no sabe que destino le dio su jefe a ese dinero.

Gavazzo contó que trasladó a la esposa y los hijos de Mechoso a Montevideo porque tenía el temor de que "los argentinos los asesinaran", pero cuando regresó a Orletti a buscar al prisionero, éste había sido trasladado con destino desconocido.

Hugo Cores, secretario general del PVP, dijo ayer en declaraciones radiales que, "con treinta años de demora, por fin estas personas acusadas de delitos tan graves están siendo interrogadas en el único lugar que la institucionalidad tiene para el tratamiento de estos temas: ante un fiscal y ante un juez".