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 sábado, 05 de agosto de 2006  
Precursora. Un siglo atrás la docente se ocupó de que los chicos en riesgo social aprendieran un oficio
Juana Elena Blanco, la maestra rosarina de los niños pobres
La educadora recorría las calles e interesaba a los vecinos para fundar instituciones de contención y enseñanza

Silvia Carafa / La Capital

Una mujer menuda, vestida siempre de oscuro, enérgica y vehemente, recorría las barriadas de Rosario del 1900 conmovida por los niños que colmaban las viviendas precarias. Sus manos no le alcanzaban para poner alivio a una infancia mortificada por las carencias y agregó la ternura de su madre y de su hermana para gestar una obra enorme que aún alberga el desamparo que a ella tanto le dolía. Era Juana Elena Blanco que el lunes 31 pasado recibió un lugar en el Paseo de los Ilustres que la Municipalidad de Rosario levantó en el Cementerio El Salvador.

Juana nació y creció en Rosario, entre las últimas décadas de siglo XIX y las primeras del XX. Eran los años de las grandes migraciones, del esfuerzo a destajo, de inquilinatos atestados de gente y de calles que devoraban las ilusiones de los niños que formaban parte de la fuerza de trabajo. "Ningún problema nuevo había que resolver pero sí uno trascendental, educar a los hijos de las familias pobres". Ese era su norte. Tal como lo recoge una reseña histórica de 1930, a cinco años de su muerte, que ocurrió cuando sólo tenía 59.

"Nuestras pretensiones son modestas. Que ningún niño quede sin instrucción dentro del municipio proveyéndole de vestidos, útiles escolares y cuanto fuera menester", enunció Juana en el Congreso Americano del Niño que se realizó en 1906 en Montevideo y al que concurrió como maestra rosarina. Por aquel entonces un censo escolar que ella impulsó reveló un dilema: había dos mil niños para ayudar, pero faltaban escuelas.

Juana puso manos a la obra: atender a los niños desamparados e indigentes. En la actual nominación se diría, "en situación de riesgo", y esta ligazón dolorosa, une aquel drama con los miles de chicos, que hoy son víctimas tempranas de un sistema que les depara exclusión y delito como un signo. Así, el 25 de septiembre de 1905 fundó la Sociedad Protectora de la Infancia Desvalida, integrada por maestros, abogados, médicos y comerciantes.

En la misma época, en un Congreso de la Prensa Argentina que Estanislao Zeballos presidió en Buenos Aires, Juana Blanco argumentó a favor de liberar a los niños del trabajo, en este caso, de canillita. "No era poco para el 1900", sostiene Andrés Ivern, en un artículo que LaCapital publicó en junio de 1984. Pero la tarea de la docente recién comenzaba, en 1912 fundó la primera escuela de artes y oficios en Pasco 453, y cinco años más tarde, la escuela Hogar del Niño, en Ayolas y Entre Ríos.

En 1920, impulsó una colonia de vacaciones para los niños sin recursos que tuvieran problemas de salud en la localidad de Carcaraná. En la actualidad en el sitio funciona un hogar granja que alberga a 40 niños y adolescentes derivados por los juzgados de Menores y por el área de la Niñez de Rosario.


Un hogar centenario
El Hogar Granja de Carcarañá está a cargo de la actual versión de la Sociedad Protectora que surgió en 1905 y que hoy funciona como una ONG que entre otros, presiden María Fasoli de Fresi, Alicia Hamson de Brussa y María Sánchez de Mugavera. "Para Juana Blanco los niños no debían ir a la cárcel junto a los adultos y el vínculo familiar era prioritario", explicaron.

Se trata de una institución de puertas abiertas que ocupa unas 40 hectáreas donde los niños viven como en familia, concurren a las escuelas de la localidad, reciben contención, afecto y cuidados. "Algunos tienen familias, en otros casos estos vínculos están deteriorados o no existe el núcleo familiar", explicaron. El año pasado, y por disposición de Migraciones, brindaron alojamiento en los refugiados africanos menores de edad que llegaron al país como polizones en el puerto de San Lorenzo.

El Hogar Granja de Carcarañá aloja a 40 niños y adolescentes de entre 8 y 17 años, que ingresan a través de los Tribunales de la 1a, 2a y 3a nominación. Las actividades que realizan incluyen asistir a las escuelas de la localidad o continuar sus estudios en el colegio técnico que funciona en el mismo predio. Mientras un grupo va a la escuela el resto asiste a clases de apoyo en la misma institución.

Por la tarde realizan actividades deportivas y asisten a talleres de inglés, dibujo, teatro, entre otros espacios que complementan o diversifican la educación formal. Además realizan actividades de huerta y elaboran dulces y conservas caseras.

Hoy el lugar se financia con fondos provenientes de los alquileres de los dos edificios ubicados en Pasco 453 y Uruguay 1262, de la ciudad de Rosario, donde funcionan escuelas públicas que llevan el nombre de la docente.

"Juana Blanco era una visionaria de los problemas de la niñez, y cuando no pudo solventar su proyecto en Rosario, lo trasladó a Carcaraná como colonia de vacaciones para los niños que tenían dificultades de salud o por las condiciones socioeconómicas en las que vivían", relataron.

En sus primeras décadas, el Hogar Granja albergaba a unos 120 niños entre 6 y 18 años. Allí trabajaban en talleres de zapatería, carpintería, fábrica de escobas, cría de gusanos de seda y hasta colmenas. De aquella época surge un recuerdo "La lavandera Anita Bee, enseñaba a los niños a elaborar jabón, y eran varias las empresas que ayudaban como el Molino Semino y el frigorífico Somaschini, entre otros".

Según las autoridades del lugar, la realidad de la que provienen cada niño es distinta pero "todos parecen mostrar las mismas carencias, es entonces cuando este lugar se transforma en algo más que un sitio de contención y pretende ser una familia".
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Grupo de alumnos en un curso de agronomía que dictaba la Sociedad Protectora de la Infancia Desvalida.

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