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 domingo, 30 de julio de 2006  
Entrevista. Una perito psicóloga francesa estuvo en Rosario disertando sobre los nuevos tipos de violento
"Los atacantes seriales no están excluidos de la sociedad"
La frase pertenece a Anne Andronikof, quien ante abogados, jueces y peritos abordó la nueva naturaleza que adopta la violencia en las ciudades y el cambio en la noción de Justicia que impera en distintas comunidades

Leo Graciarena / La Capital

"La sociedad está perdiendo la noción de Justicia y se está haciendo una regresión al nivel de la venganza. Al menos eso es lo que puede verse en Francia y Estados Unidos". Esta visión es la que tiene Anne Andronikof, psicóloga y perito forense de los Tribunales de París, quien trabajó durante 2002 en la construcción del perfil psicológico del neonazi que en julio de ese año atentó contra la vida del entonces presidente francés Jacques Chirac. "Antes se juzgaba el hecho y la sociedad no tenía peso directo sobre lo que se juzgaba. Ahora se está viendo en todo momento si la víctima está contenta o no con el juicio. Se trata de complacer a la víctima. Y eso es una negación de la definición de Justicia", explicó la especialista.

Andronikof, quien preside la Sociedad Internacional de Rorschach (que nuclea a los profesionales que trabajan con el test de psicodiagnóstico realizado mediante imágenes no definidas), llegó a la ciudad para hablarles preferentemente a abogados, psicólogos y jueces penales sobre la comprensión de las conductas violentas. A partir de su experiencia de haber trabajado en el caso de Maxime Bruniere, el hombre que baleó sin suerte a Chirac en el aniversario de la Revolución Francesa, el 14 de julio de 2002, el tema de los "criminales seriales" fue uno de los ejes de su charla.

"La cuestión es tratar de comprender por qué la violencia parece haber cambiado su naturaleza. Sobre el plano de la cantidad, ha crecido en todo los países civilizados. Y sobre el plano de la calidad, hay que destacar la aparición de atacantes seriales entre otros tipos de violencia. Si bien no es un fenómeno totalmente nuevo, ahora es como una contaminación. Hay muchísimos casos de ese tipo de violencia serial", explicó, traductora de por medio, la especialista francesa.

-¿Este tipo de violencia es producto de la exclusión social?

-Esa es una idea falsa. Lo que se llama exclusión social generalmente está definido por los niveles socioeconómicos. A nivel de la pobreza, por ejemplo. Pero este tipo de violencia no está limitada a ese tipo de población. La cuestión es cómo comprender que la explicación sociopolítica no es suficiente para explicar la violencia.

-¿Y qué más hace falta para llegar a la explicación?

-Hasta hoy se ha conceptualizado la violencia como una ruptura del pensamiento. Alguien es violento cuando no sabe comunicarse. Pero esa es una concepción antigua, que no es válida para el nuevo tipo de violencia. Los nuevos violentos, por ejemplo los criminales seriales, no son personas que estén excluídas de la sociedad. Ellos están bien integrados a la sociedad y son personas que piensan mucho.

-¿En algún punto los atacantes seriales se sienten como si fueran protagonistas de una película?

-Exactamente. Para que haya un comportamiento violento hace falta que se reúnan varias cosas. Una, es que en su interior tengan la representación de la acción violenta. Eso es algo que uno puede aprender. Lo segundo, es ser una persona frustrada de la vida. Ya sea por exclusión social o por otra razón. Y el tercer ingrediente, es poder meterse en un estado psicológico que se llama estado de disociación. Y cuando la persona puede ponerse en ese estado, puede actuar la violencia como una doble vida.

-Cuando es detenido un atacante serial, la primera pregunta que surge es si es imputable.

-Eso depende de la ley de cada país. Si una persona comete un crimen y en ese momento había perdido todo control sobre sí mismo o la capacidad de distinguir entre el bien y el mal, entonces no es imputable. Así es en muchos países, como en Argentina o Francia. Eso es lo que se llama el estado de demencia. Se lo encierra en un hospital y deja de ser una persona.

-¿Cómo hace un perito para abstraerse de la presión de la opinión pública en los casos resonantes?

-El psicólogo es llamado por ser experto y se lo convoca para que brinde su parecer sobre si el detenido es imputable y dar una explicación. Ese profesional debe trabajar por afuera de la opinión pública. Pero eso hoy es casi imposible. La opinión pública, la televisión, la radio, internet, todos ellos contaminan lo que hace el profesional.

-¿Y cómo hace para mantenerse al margen?

-Muy recientemente hubo un caso de pedofilia en Francia que terminó en un escándalo. Los psiquiatras y los psicólogos se confundieron porque la opinión pública apuntaba a alguien que era inocente. Ese es un gran riesgo.

-Entre el público de su conferencia había muchos abogados y jueces penales. ¿Qué pretende que les quede claro?

-Quisiera que reflexionen sobre qué preguntas se le pueden hacer a los psicólogos que trabajan como peritos. Pero hay otra cosa. Para que los jueces sepan qué pueden preguntar, primero los psicólogos tienen que tener bien claro qué pueden contestar y que no. El gran problema es que los psicólogos piensan que pueden responder a todas las preguntas. Y los jueces cada vez preguntan más.

-¿Por qué cree que la psicología gana cada vez más espacio en la medicina forense?

-Creo que las razones están en que el psicólogo piensa que puede responder a cualquier pregunta y que los jueces están cada vez menos dispuestos a tomar decisiones. Necesitan abrir el paraguas.
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Anne Andronikof delineó el perfil del atacante, en 2002, de Jacques Chirac.

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