Un debut demasiado dulce

Argentino arrancó el torneo de la C con una goleada por 4 a 0

Qué difícil resulta aplacar los ánimos cuando un arranque de torneo es acompañado de una goleada. Pero será tarea obligada. Es que difícilmente el albo se encuentre con otra mueca de equipo como el que fue ayer Ituzaingó. Eso por un lado.

de un equipo que evidenció que tiene poco rodaje de conjunto, pero que mostró algunos atributos interesantes. Fue un 4 a 0 tal vez inesperado, pero festejado como las circunstancias lo ameritan.

Es cierto que a Argentino le costó un buen tiempo acomodarse al partido, aunque la mayor ventaja con la que contó fue que Ituzaingó nunca se dio cuenta de ese detalle. Así, ante tanta apatía visitante, el salaíto se fue adueñando de las riendas del partido, especialmente cuando Módica empezó a asentarse en su posición de enganche.

Otra de las claves pasó por la movilidad en ofensiva de Muñoz, obligando a la endeble defensa de Ituzaingó. A los 21' llegó el pase de Módica para Muñoz y la asistencia del delantero para Magallán, su compañero de fórmula. Zapatazo bajo contra el palo izquierdo para el primer grito de la tarde.

La diferencia no hizo jugar mucho mejor a Argentino, ni mucho peor a Ituzaingó. Sólo se fue acentuando la tenencia del balón y el monocomando del partido. Pero en algo debía explotar ese dominio. Fue en el gol de Módica sobre el cierre del primer tiempo, con un exquisito pase por encima del arquero Romero.

Sin sentir que ya estaba todo hecho, Argentino ya había cumplido. Lo único que podía esperarse era una mínima reacción del equipo verdolaga. Y como eso no ocurrió hubo tiempo para el floreo.

La línea de tres salaíta jamás había pasado sobresaltos. El mediocampo respondía a la escasa exigencia. Y a medida que Módica iba leyendo el partido, la cosa se iba haciendo cada vez más sencilla. Ya directamente no hubo más partido cuando, a los 17', el rubio volante alargó para Muñoz y éste se la puso en la cabeza a Magallán para que definiera sin problemas.

La sutileza de Módica cuando el partido se moría sirvió para justificar la diferencia entre un Argentino ordenado, pero paciente y efectivo, y un Ituzaingó que dejó una imagen demasiado pálida. No siempre habrá tantas ventajas de por medio, pero no está mal aprovecharse de ellas cada vez que se presenten.

Magallán acaba de marcar de cabeza.