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domingo,
30 de
julio de
2006 |
Mercados
Las tasas se entonan y amenazan la inversión
Salvador Di Stéfano
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) adopta una serie de medidas para restringir la liquidez de mercado, lo que seguramente tendrá como consecuencia una suba de la tasa de interés y una desaceleración en la actividad económica.
Las entidades financieras deberán elevar los encajes (guardar más dinero en el BCRA) sobre depósitos a la vista y caja de ahorro, mientras que disminuirán para depósitos a plazo fijo a 180 días.
Con esta medida, la autoridad monetaria busca desalentar las colocaciones de corto plazo y alentar el ahorro a un plazo más largo que le posibilite a las entidades financieras un mayor margen de maniobra. En la actualidad, el 57% de las colocaciones se realizan en cuenta corriente y caja de ahorro, mientras que el 43% a plazo fijo.
Del total de depósitos a plazo fijo el 80% son de corto plazo y el 20% restante se divide entre plazos más largos y depósitos ajustados por inflación a un año de plazo. Sin embargo, éstas medidas no serían las que más perjudiquen la liquidez. A partir del 1º de septiembre los bancos tendrán la obligación de constituir en efectivo (billetes), los encajes que antes realizaban declarando el dinero que tenían en caja. Si bien parece una medida sin consecuencias importantes, dicha suma ascendería a 4.500 millones de pesos, cifra más que importante y podría impulsar a la suba la tasa de interés, ya que representa el 4% de los depósitos totales del sistema.
Claramente en este contexto pasaremos de tener tasas de interés que otrora eran negativas frente a la inflación, a tasas que se colocarán en positivo.
Por ejemplo, las tasas a plazo fijo por montos superiores al millón de pesos ya se ubican muy cerca del 10% anual, y consideramos que muy pronto comenzarán a subir también para los pequeños ahorristas que podrían percibir tasas que se ubicarían entre el 7% y 8% anual. Sin embargo, si tomamos los tipos de interés a los que se financia el BCRA en el mercado observamos que tanto para las Lebac y Nobac, la tasa a un año de plazo se ubica en el 12% anual.
Si estimamos que la inflación (reprimida y medida por el gobierno) se ubicará en el 11% anual, ya estamos con tasas de interés positivas del 1% anual.
La suba de la tasa de interés comienza a tener consecuencias negativas sobre la actividad económica impactando sobre el consumo. Por ejemplo, al tener una alta tasa de interés cambia la ecuación económica de muchos negocios, como por ejemplo, la financiación de las compras en cuotas sin interés que muchas entidades financieras ya han cortado. Por ende, siguen las cuotas pero con interés, dada la fuerte suba en la tasa de interés.
Negocios truncados
Otro efecto negativo es que quienes han tomado un crédito a tasa variable verán incrementar su cuota en las próximas semanas. Sin embargo, lo más importante es el efecto negativo sobre la inversión, ya que una tasa de interés más elevada opera como un costo de oportunidad más alto sobre los negocios. Por ejemplo, hoy los negocios que se inicien buscarán tener una rentabilidad superior al 12% anual, que es la tasa que paga el BCRA para financiarse. Conseguir un rendimiento mayor en un contexto económico como el de Argentina tan cambiante resulta muy difícil, lo que puede llevar a que la inversión se desacelere o se detenga hasta que baje la tasa o el contexto muestre más certidumbre.
En el plano internacional los datos de la economía americana dan cuenta de una desaceleración en la actividad, por tanto, los pronósticos son que el 9 de agosto próximo Ben Bernanke no modificaría los tipos de interés, dejándolos en el 5,25% anual. Esto está disparando órdenes de compra de acciones y bonos de países emergentes en todo el mundo.
Resulta curioso que el mercado financiero local tenga una realidad tan dual. Por el lado de la tasa en dólares a niveles internacionales observamos una baja que potencia el ingreso de dólares a nuestro país, y el gobierno coloca en el mercado interno bonos a 5 años a una tasa de retorno del 8,36% anual, y se estaría preparando para una nueva serie de bonos a 10 años de plazo.
Sin embargo, la tasa en pesos comenzó a subir ubicándose en niveles del 12% anual, impactando negativamente sobre la actividad económica.
Nos parece que esta divergencia de tasas podría estar marcando la posibilidad de un nuevo valor de equilibrio para el tipo de cambio. En el mientras tanto, creemos que los inversores que siguieron nuestras sugerencias comprando Bonar V deben estar muy satisfechos, ahora parecería que es tiempo de pasar a la Bolsa, allí Petrobras y Telecom nos estaría esperando.
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