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miércoles,
14 de
junio de
2006 |
El hincha canta hasta morir
El ingenio del público genera letras y melodías para a las selecciones en el Mundial
Muchas veces suenan desafinados. Las letras van desde románticas declaraciones de amor hasta burdos insultos. Pero el efecto es fundamental: los cánticos de los hinchas pueden incidir en un partido e incluso provocar el despido de algún entrenador.
En este Mundial hay seguidores de 32 naciones que entonan canciones, algunas conocidas, otras nuevas, e incluso se escuchan algunos sonidos guturales difícil de descifrar. Uno de los himnos con más tradición es aquella canción de culto con la que Liverpool fue apoyado por primera vez desde la tribuna del estadio de Anfield Road, en 1963: “You'll never walk alone”.
Así, los aficionados se solidarizan con su equipo a través de aquella melodía compuesta en 1945 para el musical de Broadway “Carrousel”, sobre todo después de derrotas o momentos difíciles, pero en general es el rival el objeto del cántico.
“A por ellos, olé” es una tonada que se popularizó en los últimos años entre los españoles y que se convirtió ahora en el himno de la selección.
Los mexicanos se cuentan entre los más tradicionales, y el clásico “chiquitibum” sigue haciendo furor: “¡Chiquitibum a la bim, bom, bam, Chiquitibum a la bim, bom, bam, México, México, ra,ra,ra!”. Claro que si no son muy originales en sus cánticos, los seguidores del Tri podrán siempre presumir de haber inventado uno de los ingredientes imprescindibles en una tribuna de fútbol: la ola.
Las jóvenes naciones del sudeste de Europa prefieren un tono más marcial: “O, Madre Croacia, no llores. Todos los halcones sacrificarán su vida por ti” (Oj hrvatska mati, nemoj tugovati. Svi ce sokolovi za te zivot dati), suena, por ejemplo, desde la tribuna durante los partidos croatas.
Italianos y checos reclaman valor y se burlan de sus propios compañeros si no cumplen con el rito de saltar. “Hup, Holland, Hup”, se oía ya en el Mundial de 1974 en los estadios alemanes de parte de la hinchada naranja.
El cántico del hincha cumple varias funciones: apoyar o criticar al equipo, burlarse del rival o insultar al árbitro. Varios musicólogos detectaron las claves para que funcionen: deben tener melodías simples con un ritmo uniforme. Es decir, ser fáciles de recordar.
Posiblemente quienes más se destaquen sean los brasileños, que desbordantes de alegría alientan y bailan al ritmo del samba, y nunca pasan desapercibidos.
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Todas las voces. Los mundiales tienen al hincha como protagonista.
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