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jueves,
18 de
mayo de
2006 |
Sólo lo importante
"A partir de lo de Ursula mi vida cambió absolutamente, mis valores no son como antes. Yo trabajaba más, ganaba más dinero, y es cierto que lo hacía por mis hijas, para darles lo que necesitaban. Pero ahora creo que no hay nada más importante que los afectos, todo lo otro se puede solucionar. No quiero perder más un segundo en cosas que no sean realmente importantes". Mónica Gangemi tiene mucho para decir ahora, luego de un año en el que optó por no hablar en público a través de la prensa. La fuerza de sus palabras se impone por sobre sus lágrimas, aunque no tiene miedo de dejarlas correr. Se nota, incluso entre tanta tristeza, que Ursula, la hija mayor que crió con Eduardo Notz -al igual que ella, de 45 años- dejó un buen recuerdo, una luz que esta tragedia no puede tapar. Esa luz que se hace presente, también, cuando aparece Micaela, de 13 años, e ilumina la cara de su mamá.
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