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 miércoles, 17 de mayo de 2006  
"El que me disparó pasa armado frente a mi casa"
Lo asegura una chica de Ludueña que pasó un mes internada tras ser herida en un robo en marzo pasado

Griselda Di Giácomo, la chica de 25 años que el 31 de marzo pasado recibió un balazo que le perforó el pulmón en el epílogo de un intento de asalto en barrio Ludueña, no sólo todavía no superó la pesadilla que le tocó vivir sino que debe enfrentarse casi en forma cotidiana con quien le disparó. El agresor, según ella, desfila con impunidad frente a su casa. Y lo hace empuñando un arma de fuego. "El sábado pasó en una moto. Estaba como loco y dijo que iba a hacer boleta a alguien del barrio", comentó Griselda a La Capital. Por el episodio en el que la chica fue baleada, la policía había detenido a dos personas vinculadas aunque no autoras del disparo: un pibe de 14 años y un muchacho de 20.

A Griselda no sólo le preocupa que su agresor transite con libertad sino que la policía no lo prenda. "Le comenté al comisario Utrera (jefe de la seccional 12ª), pero me dijo que no puede hacer nada porque no tiene un identikit del pibe. Me dijo que si pasa adelante suyo no puede saber quién es", comentó la chica al referir el relato del oficial.

El 31 de marzo pasado, la joven estaba ayudando a su hermana en la atención de una pollería ubicada en Humberto 1º al 1700. Con las primeras sombras de la noche, en la cuadra se escuchó un griterío. Griselda corrió hacia la esquina para ver qué ocurría y apenas llegó fue atravesada por un balazo en el pecho. A la vuelta de la esquina tres ladrones habían intentado asaltar a una pareja. Como el hecho fue resistido por los vecinos, los maleantes abrieron fuego para cubrir la fuga.

Griselda recibió el alta médica el 1º de mayo, luego de soportar una segunda internación. Primero estuvo una semana en una cama del hospital Centenario, donde le extrajeron el proyectil que le atravesó el omóplato derecho. Los tremendos dolores que sufría la obligaron a regresar al centro asistencial. "No estoy bien. No puedo levantar cosas pesadas y cuando camino me agito", se quejó.

El sábado, un inesperado episodio le hizo rememorar la odisea sufrida. Salió con sus dos hijas, de 2 y 4 años, a "hacer un mandado" y el relato de unos vecinos la aturdió. "Me dijeron que habían visto al pibe que me tiró rondando en una moto blanca y azul por mi casa y por la pollería de mi hermana. El tipo estaba armado y decía que iba a matar a un vecino", recordó Griselda. El comercio de su familiar está ubicado en Humberto 1º al 1700, a unas dos cuadras de la vivienda en la que vive ella, en pasaje Rafaela al 1800.

Asustada, Griselda se refugió en casa de un vecino. Hasta allí llegó su padre a buscarla. Un rato después, el comisario Orlando Utrera llegó luego de que ella lo llamara. Allí el oficial le comentó, según la chica, que no podía apresar al pibe apuntado porque "no lo conocía".

Pocas horas después del ataque a Griselda, la policía arrestó a un adolescente de 14 años. Cinco días después, el que cayó fue un muchacho de 20 años, identificado como Maximiliano Andrés F., alias Baba, quien fue apuntado por varios vecinos que fueron testigos del ataque.
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