La seguridad, el gran reto

Los esfuerzos de las autoridades y de las fuerzas del orden se centrarán en controlar a los violentos

El Mundial representa todo un reto desde el punto de vista de la seguridad para los organizadores. Los esfuerzos de las autoridades locales y de las fuerzas del orden se centrarán en mantener bajo control a los violentos y en extremar la vigilancia antiterrorista, apoyándose en la cooperación internacional.

  Los hooligans plantean un desafío especial de los organizadores. Sólo entre los alemanes, la policía criminal calcula que existen unos 10.000 aficionados violentos. Gran parte de ellos ya tiene prohibida la entrada a los estadios.

  Pese a las medidas preventivas, la policía considera muy factible que se produzcan disturbios callejeros durante las cuatro semanas que dure el Mundial: “Tenemos que estar preparados porque algo puede pasar”, advirtió el presidente del sindicato de la policía alemana, Konrad Freiberg.

  La policía calcula que por cada partido de la selección inglesa llegarán a Alemania cerca de 25.000 aficionados británicos, más allá de los 3.000 aficionados con antecedentes violentos en el fútbol inglés que tienen prohibida la entrada.

  Uno de los principales focos de vigilancia de los estadios se centrará en las zonas públicas destinadas a la retransmisión de los partidos en pantallas gigantes, unas 200 en todo el país. El ministro de Interior, Wolfgang Schaeuble, propuso a las autoridades regionales instalar sistemas de vigilancia por video en todos esos lugares.

  Para hacer frente a los numerosos controles en los estadios, la policía se verá reforzada por los equipos de seguridad privada que de manera general vigilan los partidos de la Bundesliga. No disponen de armas de fuego, pero las normas vigentes los autorizan, de ser necesario, a expulsar a los aficionados de manera violenta de los estadios.

  Según los expertos, al llevar junto a las entradas los datos personales de los portadores, los hooligans tendrán muy difícil su entrada a en los estadios.

  Las estrictas normas dictadas por el comité organizador del Mundial prohíben la entrada con bolsas de plástico y con rollos de papel higiénico. También estarán prohibidas las pancartas de más de un metro de longitud, los megáfonos, las bocinas de gas y cualquier objeto grande, como bolsas deportivas o maletas de viaje.

Los violentos serán expulsados de los estadios.