"A veces no hacemos ni la diaria, ni da para comer"

Eduardo Romero dice que es incalculable la cantidad de años que lleva vinculado al Mercado de Productores. "Me crié acá, como la mayoría de mis compañeros. Me trajo mi tío cuando tenía 13 años y empecé a trabajar con un puestero al que le decían Toloca", relató. Durante todo ese tiempo estuvo dispuesto para todas las tareas, cargar y descargar, transportar y acomodar cajones.

Como portavoz del grupo, afirma que se trata de un trabajo libre, sin relación de dependencia y ningún beneficio social, donde hacer la diaria es todo un desafío. "A veces no llevamos ni diez pesos a la casa, ni da para comer", enfatiza. Esos días de poca actividad los llenan de angustia e impotencia. "Fuimos trabajadores toda la vida, no hicimos mal a nadie y es duro lo que estamos pasando, hay días en que no hacemos ni un peso", grafica.

Para los trabajadores la situación empezó hace dos años, como una "cadenita" que se fue extendiendo y se convirtió en "algo imparable que ahora se escapa de las manos". Eso se traduce con jornadas en blanco, donde ni siquiera pueden llevar lo indispensable para comer.

"Tengo cinco chicos. El lunes llevé 30 pesos a mi casa, igual los que van al secundario no pudieron ir a la escuela porque no alcanzó la plata", relata un hombre que lleva 26 años trabajando en el lugar. Además, dice que la caída en los jornales hace que no puedan organizar nada más allá del sustento diario. "Antes guardábamos un peso para pagar un crédito o comprar otras cosas, hoy sólo la comida y a veces ni eso", detalla.

Para Montiel, que lleva 38 años en el mercado, la angustia siempre pasa por ser el jefe de familia. "Más todavía si los chicos están esperando que uno llegue con algo", comenta. Pese a sus propias preocupaciones, o quizás por comprender mejor la carencia, los viernes los jornaleros recorren los puestos del mercado en busca de la mercadería perecedera que no se vendió y luego la reparten entre distintos comedores comunitarios.

En el Mercado de Productores hay 59 operadores en la playa de quinteros y 240 puestos con tres o cuatro empleados cada uno. El predio moviliza a 1.200 trabajadores en distintos rubros. De esa cifra, la mitad es personal de carga y descarga sin relación de dependencia.