Crisis sin fin. Los jóvenes franceses insisten que no es negociable el retiro del CPE

Otro día de protestas en Francia, que no ve la salida al conflicto social

La quinta jornada de manifestaciones tuvo éxito en las calles, pero perdió apoyo en el transporte público

París. - Según los organizadores, fueron más de tres millones, según la policía, un millón. En todo caso, ayer Francia vivió otra jornada, la quinta en 10 semanas, de huelgas y manifestaciones contra el proyecto de flexibilización laboral juvenil. La iniciativa está suspendida y en revisión, pero los manifestantes exigen su archivo definitivo. El oficialismo argumenta que Francia, con uno de los índices de desocupación juvenil más altos de Europa, necesita de alguna forma flexibilizar su normativa laboral.

Además de París, varias ciudades, entre ellas Lille, Rennes y Lorient, registraron enfrentamientos graves entre jóvenes y la policía. Más de 300 agitadores fueron detenidos, la mayor parte en París. En la capital los manifestantes arrojaron adoquines y botellas contra la policía, que respondió, al igual que en otras ciudades, con gases lacrimógenos y cargas de infantería.

Agentes de policía con ropa civil que se habían mezclado entre la multitud detuvieron a varios violentos. Al menos nueve policías resultaron levemente heridos en París, donde fueron movilizados 4.000 agentes. Los jóvenes también arremetieron contra periodistas e hirieron a un camarógrafo con una piedra. También hubo incidentes entre los manifestantes mismos, e incluso episodios de robo.

Mientras que el Ministerio del Interior calculó en un millón el número de manifestantes, los sindicatos aseguraron que la cifra rondó los 3,1 millones. Estas cifras, imposibles de confirmar, superarían a las de las manifestaciones del 28 de marzo contra el Contrato de Primer Empleo (CPE), la iniciativa oficial que facilita el despido de los jóvenes de hasta 26 años.


Menor impacto en el transporte
Las protestas estuvieron acompañadas nuevamente por huelgas que afectaron al servicio ferroviario, al aéreo y al transporte público, pero en menor medida que el 28 de marzo. Según las regiones, dejaron de circular entre el 40 y el 60% de los trenes. Pero siete de cada diez trenes de alta velocidad TGV circulaban con normalidad y los servicios internacionales no se vieron prácticamente afectados.

Los trenes interurbanos y suburbanos, que recientemente registraron problemas en 76 ciudades, sólo se vieron afectados en esta ocasión en 32 ciudades y trabajaron con normalidad en París. Los problemas aéreos se registraron sobre todo en vuelos nacionales. También se realizaron paros en correos, medios y servicios públicos. Además, cerca del 42% de los profesores de secundaria se sumó a la huelga, y muchas escuelas y universidades cerraron sus puertas o interrumpieron las clases en todo el país.

Una alianza de 12 sindicatos y asociaciones estudiantiles había llamado a esta quinta jornada de protesta nacional contra el CPE, promulgado el domingo, pero a la vez suspendido por el presidente Jacques Chirac.

El líder de la confederación CGT, Bernard Thibault, dijo que espera que las protestas "asesten el golpe mortal" al CPE y repitió su exigencia de que la ley sea revocada antes de que puedan comenzar las negociaciones respecto a otras medidas de empleo juvenil.

"Este no es sólo un problema francés, toda Europa se moviliza en contra del proyecto de CPE", afirmó en París el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos, John Monks. "Existe un sistema comparable en Grecia, y sabemos que Alemania y Holanda se interesan por este plan del primer ministro Dominique de Villepin", alertó.

El partido oficialista UMP, en tanto, convocó a Villepin al Parlamento. Chirac ha dejado el manejo del tema en manos de la bancada del partido, desautorizando de hecho a su premier, autor del CPE. Villepin dijo a un ruidoso Parlamento que el gobierno "no tiraría la toalla". El conflicto, que lleva 10 semanas, sigue planteado y con final abierto.

La marcha en París, donde otra vez hubo incidentes con la policía.