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miércoles,
05 de
abril de
2006 |
Televisión / Crítica
El regreso de un clásico
con ternura y fantasía
Pedro Squillaci / La Capital
"Chiquititas" regresó a la pantalla chica con todo lo que tiene que tener un producto dirigido para el público infantil. Fantasía, efectos especiales, música, dibujos animados, colorido y una historia muy al estilo de Cris Morena, la mentora del producto, que atrapará a los niños.
Jorgelina Aruzzi, en su primer protagónico en televisión, demostró su versatilidad para componer dos personajes opuestos en la tira y enternecer con su Lilí, que seguramente conquistará los corazones de los más bajitos.
El tono trágico está presente en "Chiquititas", casi como una marca registrada de los productos de Morena. No sólo se vio en ciclos anteriores de este programa, sino también en "Floricienta" y más atrás en "Rincón de luz".
La historia parte del derrotero de Magalí Garcés (Aruzzi), directora de la mayor productora de manzanas del país, a quien le arrebataron su hijo hace ocho años y quiere recuperarlo. Casualmente, o no tanto, la empresaria pondrá el ojo en un hospicio de huérfanos, regenteado por Los Demont, una familia que encarna a los villanos con obviedad de caricatura, aunque también con efectividad.
Magalí cree que en esos chicos encontró "una señal", y que después de tanto buscar, allí puede estar su hijo o su hija, ya que desconoce el sexo de su primogénito. La forma de entrar en ese hospicio es a través de Lilí, que no es otra que ella camuflada de una supuesta prima. Simpática, desopilante y hasta con toques mágicos, la joven cubrirá el rol de cómplice de los chicos y a la vez de enemiga de los Demont y la celadora Tere (una estereotipada Mariana Briski).
El rol de Lilí que encarna Aruzzi, una suerte de Mary Poppins de esta era, le da al programa la chispa necesaria para el ciclo, cuyo formato tiene componentes que no pueden pasar desapercibido para el televidente infantil. Desde el colorido que tienen las escenas, hasta el uso de maripositas animadas o efectos especiales, todo es utilizado para una puesta alegre, fuera de todo tono gris.
Los videoclips incluidos en el programa van dándole forma a la industria marketinera que va detrás de todo producto de Cris Morena, que se traducirá en revistas, discos, DVD, obras de teatro y, por qué no, algún largometraje. Como sea, "Chiquititas" es un espacio entretenido que le cae bien a la televisión actual.
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