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 miércoles, 05 de abril de 2006  
Un mensaje de unión y paz que se gesta desde Rosario
Descendientes de árabes y judíos se reunieron anoche para tejer estrategias de trabajos en conjunto

Integrantes de las colectividades judías y árabes que están asentadas en esta ciudad se reunieron anoche para tejer estrategias conjuntas detrás del objetivo de fortalecer lazos de unión y plasmar diversas actividades. El cónclave, que se celebró en la sede del Club Social Argentino Sirio, tuvo como invitados especiales al gobernador Jorge Obeid y al intendente Miguel Lifschitz, quienes se comprometieron a apoyar estos encuentros.

La iniciativa comenzó el 4 de abril del año pasado. Según recordó ayer uno de sus impulsores, Eduardo Arach, "lo que se quiere demostrar al mundo es que estas dos comunidades son muy unidas, y pueden tener proyectos en conjunto".

En la misma sintonía opinó el presidente de la Unión Sionista Argentina de Rosario (Usar), Daniel Hanono, quien remarcó que este tipo de reuniones "son un tributo a quines vinieron a radicarse a la Argentina. Me llena de orgullo lo que está sucediendo en Rosario, y ojalá alguna vez se plasme en el mundo la paz que proponemos desde aquí", remarcó.

Y como modo de dejar ese mensaje para las próximas generaciones, ambas colectividades están trabajando detrás de la idea que busca plasmar "un monumento al inmigrante de Medio Oriente" en la intersección de las calles Dorrego y San Luis. Una iniciativa que tanto el gobernador como el intendente ven con buenos ojos.

La elección del lugar no es azarosa. Precisamente esa estratégica arteria fue el sitio elegido por árabes y judíos para afincarse en Rosario. La mayoría se dedicó al rubro textil y pobló un sinnúmero de conventillos que florecieron en las inmediaciones de lo que hoy es San Luis a la altura del 1800.

Según explicó el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario y descendiente de sirios, Elías Soso, "los primeros integrantes de las colectividades árabes y judías que llegaron a Rosario lo hicieron allá por 1920".

"Muchos vivían juntos en Medio Oriente, llegaron a esta ciudad y asentaron en el mismo lugar", recordó el empresario textil que echó sus raíces sobre la calle San Luis.

"Los primeros inmigrantes se asentaron en los pasillos que había en Italia entre San Juan y San Luis", dijo Soso, al tiempo que remarcó que lo que se busca con estos encuentros de confraternidad es "rescatar el espíritu de unión que caracterizó a ambas colectividades a principios del siglo pasado".

"El amor da más resultados que el odio, y nosotros tenemos que volver a confraternizar", señaló el dirigente empresario.

Así, anoche quedó en claro que lo que se busca es "dar un mensaje que vaya más allá de las fronteras. Nuestra experiencia es única en el mundo y estamos orgullosos que desde Rosario se motorice esta unión entre ambas colectividades", subrayó Arach.

La reunión de ayer fue la quinta que se realiza entre árabes y judíos en Rosario y contó con la presencia de representantes santafesinos, que ahora buscarán plasmar la misma experiencia en la capital provincial.
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