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 miércoles, 08 de febrero de 2006  
Otro robo en una escuela para chicos especiales

La Escuela Especial Nº1.252 fue una vez más víctima de la delincuencia. La institución educativa de Garzón 950, en la zona oeste de Rosario, amaneció ayer con sus puertas barreteadas. En su interior faltaban una computadora, un televisor, una videocasetera, electrodomésticos y hasta el ventilador. Ayer su directora, Blanca Villar, no encontraba consuelo ante el robo, al que calificó de "puntual y selectivo". Las once docentes -las mismas que ponen plata de su bolsillo para darles de comer a sus alumnos- deberán empezar desde cero. Las maestras solidarias, ahora necesitan la ayuda de todos.

La directora de la 1.252 se desayunó de la amarga noticia, apenas llegó a la escuela, hacia las 7.15. La puerta de su despacho estaba barreteada, al igual que el acceso al comedor. Hasta allí, los delincuentes habrían llegado saltando el tapial y se habrían ido cargando lo robado a bordo de un vehículo. La denuncia fue hecha ayer por las autoridades escolares en la Comisaría Nº14.

El daño al patrimonio escolar y al material que utilizan a diario las docentes fue total. Además de la única computadora que había, se llevaron la video, el televisor, la multiprocesadora, el equipo de música, la bordeadora y hasta el único ventilador que había en la escuela.

"Somos una institución gratuita y encima pobre, la verdad que un robo así es como un golpe bajo que todavía nos duele", se sinceró Villar. Si bien la 1.252 recibe ayuda del Ministerio de Educación para alimentar a los 52 chicos con discapacidades mentales y motrices, las maestras donan parte de sus sueldos para reforzar la cuota alimentaria.

Desde hace cinco años, las once docentes junto a la portera aportan a un fondo solidario para que en las raciones, los alumnos reciban carne dos veces por semana y tengan garantizada la copa de leche en el desayuno.

Además, le hacen frente al material didáctico, medicamentos y el medio boleto. Hasta venden empanadas y pastelitos por el barrio durante las fechas patrias para sumarle algunos pesos al fondo común. Las maestras que se pasan todo el año ayudando, ahora necesitan de la comunidad. "Necesitamos ayuda de todo tipo, porque de alguna manera tenemos que recibir a nuestros alumnos", reflexionó Villar. Las donaciones pueden recepcionarse en Garzón 950, o bien al teléfono 457-6838.
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