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 martes, 07 de febrero de 2006  
Libertadores: Medellín, una ciudad de contrastes
La metrópoli de la eterna primavera y las diversas realidades

José Petunchi / Ovación

Medellín (enviado especial).- Colombia es un país de mitos y de realidades diversas y yuxtapuestas. En este contexto de contrastes y ambigüedad que conforman sus ciudades, emerge Medellín, capital del estado de Antioquia, que con una población superior a los 2 millones de habitantes y de algo más de tres millones en el área metropolitana, se transformó en la segunda del país en base al crecimiento que tuvo en el sector industrial y comercial durante los últimos años. Pese a esta explosión que exhibe Medellín, y en la que también influyó en gran medida el transporte público, que es otra de sus fuentes de ingresos, es frecuente encontrar en algunas esquinas a chicos y grandes pidiendo una moneda a la vera de autos muy costosos. Esta gran disparidad en el ámbito social, donde los extremos dividen y separan a ricos y pobres, es otra de las antinomias que ofrece esta ciudad.

Las primeras imágenes y sensaciones que entrega una recorrida por esta gran urbe fueron muy difusas. Tanto las que se perciben al recorrer la autopista Bogotá-Medellín, que rodea la ciudad y que lleva desde el aeropuerto Rionegro -donde arriban los vuelos nacionales- hasta El Poblado, un barrio residencial al sur de la ciudad -que ayer recibió a la delegación de Central- y uno de los que encierra las mayores bellezas de la ciudad, pasando por vastos barrios pobres que se levantan a la vera de las montañas que rodean la ciudad y que conforman el área metropolitana.

Lugares todos ellos muy pintorescos para la vista, pero que el sabor popular recomienda no visitar por seguridad. De hecho, la empresa de metro, que es el medio de transporte más seguro, cómodo y confortable de Medellín, dispuso cancelar algunas paradas de ascenso y descenso, primero para los turistas, y más recientemente para los lugareños.

Esta realidad contrasta con las urbanizaciones, como le llaman ellos, que no son otra cosa que los barrios privados o los condominios, que se levantan en las zonas residenciales como El Poblado, o en el centro.

A diferencia de lo que sucede en Rosario o en otras ciudades argentinas, casi no hay sitios que hayan sido conservados ni que representen el patrimonio urbano de la ciudad. Todo fue absorbido por el avance arrollador de la modernización, con fuerte presencia del sector industrial, comercial y financiero de esta urbe cosmopolita.

Pruebas irrefutables de esto es el edificio Coltejer, que con 140 metros y 35 pisos es el más alto de la ciudad y el tercero del país, que fue construido en la década del 70 y marcó el inicio de la industrialización, que hoy mantiene su desarrollo en auge. O los grandes edificios de las empresas privadas o los más modernos, como el edificio inteligente, como se lo conoce aquí por la tecnología de punta con que fue construido, o los públicos, como la Alcaidía o la gobernación. Por todo esto también se la denomina la ciudad del progreso.

Uno de los sitios imperdibles de esta ciudad lo constituye el Pueblo Paisa, que está ubicado en el cerro Nutibara, desde donde no sólo se observa la mejor vista panorámica de la villa, sino también una pequeña ventana a la historia. En la cima, una pequeña iglesia, una barbería, una escuela, una casa de antaño, una alcaidía y una plaza con fuentes simulan un villorrio de otras épocas. Este lugar fue construido hace unos 25 años y se transformó en uno de los parques más concurridos de la ciudad. Además de representar un enorme pulmón ecológico.

Otro de los motivos de orgullo que exhiben los medillenses es el metro. Es que este tren, que se asemeja al subte pero que sus vías están elevadas, tiene una muy buena infraestructura y su servicio es excelente. Al punto que para los habitantes de esta ciudad, cuyos recorridos pueden ser superiores a una hora en auto, resulta un medio de locomoción útil y práctico.

Medellín, que está a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar, también es conocida como la ciudad de la eterna primavera, por poseer una clima subtropical que oscila entre los 18 y los 28 grados centígrados. De hecho, en esta época del año, aquí es verano, sus temperaturas son por demás de agradables, aunque oscurezca temprano, apenas pasadas las 18.

Así es Medellín, la ciudad donde ya está Central para iniciar su periplo copero.
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