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 domingo, 05 de febrero de 2006  
Las piedras en la competitividad argentina
Investigadores locales de la Mediterránea analizaron los factores que complican el comercio exterior

A la hora de analizar la competitividad de una economía en términos de comercio internacional suele limitarse al cálculo de los costos del transporte y seguro, pero se omite la incidencia de los gastos portuarios y los fletes domésticos. En este sentido, la ubicación geográfica tiende a ser el factor casi excluyente en la Argentina para justificar las desventajas competitivas frente a otros Estados ubicados más cerca de los principales "centros comerciales".

Sin embargo, un trabajo realizado por el Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) del Litoral señala que la incidencia de estas dos variables (transporte y seguro) explica apenas un tercio de los costos totales en una operatoria de comercio internacional.

Frente a esta situación, la entidad buscó determinar cuáles eran esos otros factores estructurales (además de la localización geográfica) que generan más de las mitad de los costos. En definitiva, incluir todo el eslabón que recorre una mercancía de "puerta a puerta".

Así aparecieron como elementos clave: la reducida participación argentina en el comercio mundial (0,40% en promedio en la última década), los desequilibrios comerciales entre Argentina y sus principales países proveedores y clientes, y la diferencia entre los productos que se exportan e importan. Además del peso del flete doméstico en el costo global.

La escasa participación en el comercio mundial genera que la Argentina tenga muy poca influencia en la determinación de los precios y en los del transporte marítimo.

Respecto a los desequilibrios comerciales, el trabajo señala que el 65% de las exportaciones argentinas en el período 1990-2004 se concentraron en cinco destinos. Pero el desequilibrio de los flujos comerciales entre Argentina y los principales países con los que comercia puede observarse a través del desigual crecimiento del intercambio entre 1990 y 2004, donde las colocaciones externas aumentaron 279% contra un 548% las importaciones.

Desagregado por países, el desequilibrio durante ese período se hace más notorio. Por ejemplo, las exportaciones a China crecieron 1.091% pero las importaciones lo hicieron 11.675%, a Chile las ventas aumentaron 828% pero las compras apenas lo hicieron 413%, Brasil incrementó sus adquisiciones en 385% pero subió sus ventas al país en 1.058%, Estados Unidos compró 220% más pero vendió a la Argentina un 425% más, la Unión Europea elevó sus adquisiciones en 182% en cambio aumentaron 365% sus colocaciones.

Además de los desequilibrios en los flujos, también Argentina registra una fuerte disparidad entre los productos que exporta y los que importa. Factor que afecta en los costos de transporte y, por lo tanto, en la competitividad del país.

En promedio, el 57% de las exportaciones argentinas fueron productos primarios y manufacturas de origen agropecuario, que en mayor proporción se transportan por vía marítima a granel, en los tipo "Panamax".

En cambio, las importaciones, dominadas por los bienes de capital e intermedios, hace que más del 50% de esos productos no ingresen al país por otro tipo de buques.

El resultado: el exportador, al tener que contratar un buque que amarra vacío se le encarecen los costos, y lo mismo sucede con los importadores, al que le "cobran" que el buque salga del puerto sin carga.


Aduana versus flete
Aunque el transporte ronda un tercio de los costos totales, ganó en importancia como factor que influye en la competitividad respecto a la incidencia de los aranceles. Por ejemplo, las exportaciones de América Latina y el Caribe hacia los EEUU pagan un promedio de 1,86% en derechos aduaneros versus 4,45% que representa el transporte en el costo final de la mercadería. Los gastos en fletes y seguros del transporte internacional también tienden a crecer como porcentaje del producto geográfico bruto (PGB). "La razón es que en todo el mundo el comercio crece a tasas mayores que el PGB", explica el informe.

En los años 90, la tasa de crecimiento de las exportaciones mundiales fue más del doble respecto del crecimiento del producto geográfico bruto, siendo el triple en el caso de América Latina y el Caribe.

En consecuencia, aunque los costos del transporte se haya reducido como porcentaje del valor del comercio, gracias al crecimiento de este último, también aumenta la participación del flete internacional.

Según datos de la Unctad, América Latina paga un 50% más que el promedio mundial en fletes y seguros. Siendo la Argentina el país que tiene la relación más elevada: es casi 3% más elevado que para el conjunto de países de América Latina y el Caribe. Además, supera en cuatro puntos porcentuales a Brasil, el principal competidor y cliente de la región, que tiene el mismo costo de seguro y flete (7,3%) que México.

Una desventaja competitiva para la Argentina que tiende a profundizarse si se tiene en cuenta que desde principios de 2003 se produjo un sostenido aumento de los fletes marítimos y desde inicios de 2004 el del petróleo, a punto tal que el promedio de ese año fue de 39,9 dólares por barril, 15 dólares más que el precio medio de la década del 90.

El trabajo del Ieeral-Litoral, elaborado por Tulio Ceconi, María Fernanda Ghilardi, Silvia Castro y Lorena Picapietra, estima que "esta situación de elevados fletes continuará hasta el 2007, cuando ingresen nuevos buques al mercado y la economía mundial exhiba un crecimiento más estable".


Hay más
Pero a estas dificultades, el instituto que le suma las desventajas competitivas los costos de los fletes domésticos y portuarios.

El Ieeral considera que si se toma en consideración que los precios de todas las exportaciones argentinas se fijan en el mercado mundial, porque su reducida participación la convierte en tomadora de precios, "se puede afirmar que el flete doméstico será absorbido por el productor, en especial en los productos agropecuarios donde la oferta muy competitiva enfrenta un mercado mundial más concentrado".

"Es decir, las ineficiencias en el transporte doméstico inciden directamente sobre la competitividad" señala la entidad, que resalta que "en la Argentina el camión sigue haciendo los tráficos que debería hacer el ferrocarril, a diferencia de otros países como Estados Unidos, lo que resta competitividad a nuestras exportaciones". Los fletes domésticos en Argentina representan el 4,8% del valor final de las exportaciones.

Con todos estos elementos, la entidad afirma las desventajas competitivas en el comercio mundial de la Argentina van más allá de su localización geográfica en el planeta Tierra.
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