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domingo,
29 de
enero de
2006 |
Son frecuentes los reclamos de vecinos de Santa Fe, Cordoba, La Pampa, San Luis y Buenos Aires
"El uso de agroquímicos genera un
problema epidemiológico grave"
Lo aseguró el cordobés
Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente
Luis Emilio Blanco / La Capital
Córdoba (enviado especial).- El presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam), el biólogo Raúl Montenegro, sostuvo que la aplicación de agroquímicos en cercanías de poblaciones rurales "constituye un problema epidemiológico silencioso y grave al que poco le falta para alcanzar carácter de pandemia".
Montenegro, quien desde hace tiempo asesora a los Vecinos Autoconvocados de Las Petacas en su lucha "para revertir una realidad de avasallamiento y excesos con el manejo de agroquímicos y máquinas aplicadoras", aseguró que "a la cabeza de esos efectos se posicionan los casos de alergia, que junto a otros hacen que se considere a la cuestión como un proceso epidémico de envergadura".
Para aplicar dimensión a la problemática, Montenegro dijo que "en los últimos tiempos se hicieron muy frecuentes los reclamos de este tipo originados en las provincias de Córdoba, Santa Fe, La Pampa, San Luis y Buenos Aires" y que la situación de Las Petacas se transformó en un caso piloto y emblemático que se refleja en un sinnúmero de poblaciones que aún no hicieron oír sus reclamos porque no advirtieron el problema.
"Las Petacas es ante todo un caso piloto muy importante porque existen problemas graves que se han demostrado. Hay una movilización de vecinos que percibieron los problemas y supieron instalar el tema en la sociedad. El caso dejó de ser de la localidad para comenzar a tener repercusión nacional", enfatizó.
El ambientalista agregó que "este camino fue recorrido en principio por los vecinos y así lograron mayor sensibilidad en otros sectores. Es por eso que dirigentes y autoridades comunales y provinciales deberán revisar cuidadosamente sus actuaciones porque no solamente está en juego la salud de las personas sino la firme posibilidad de que se inicien acciones judiciales".
Para Montenegro, "donde hay fumigación estamos ante la presencia de un problema muy grave, concretamente en el caso de cultivos de soja a los que se les aplica glifosato, endosulfán o sustancias derivadas de ambos -como el sulfato de endosulfán- en proximidad de sitios donde viven personas".
Respecto de la falta de respuesta de los funcionarios sostuvo que "están a mitad de camino entre los fuertes intereses económicos y los ciudadanos que votan. Entonces comienzan a tomar decisiones tardías, cuando la crisis toma estado público o llega a la Justicia. Sería conveniente que sean sensibles y actúen inmediatamente".
"Que enfrenten el problema, porque de ese modo se puede amortiguar. No es apropiado que actúen por reacción cuando el tema llega a la Justicia porque después se encuentran con una presentación por incumplimiento de los deberes de funcionario público o una acción civil por la posible responsabilidad ante la enfermedad o muerte de una persona, y ya es tarde", reflexionó.
Con relación a la normativa que regula la aspersión de agroquímicos, dijo que "no protege a las comunidades de aplicaciones periurbanas. Existen situaciones muy particulares como la del barrio Ituzaingó (Córdoba), donde se estableció por ordenanza una franja de protección, pero esa medida no es general. Entonces tenemos una zona gris que motiva conflictos en la mayoría de las poblaciones rurales del país".
La Funam fue consultada por la comisión que debatió la sanción de la ley de agroquímicos en Córdoba y presentó un informe que solicitaba una franja de protección. "Lamentablemente los legisladores se limitaron a hacer reglamentaciones sobre distintos tipos de normativas, pero no incluyeron taxativamente la franja de protección. Existen leyes sobre agroquímicos, pero al no tener franjas de exclusión no tenemos protección de la salud de las personas por la aplicación. En esa oportunidad fue mucho más cómodo para los diputados y senadores cordobeses legislar para quienes tienen el poder, como los grandes productores de soja, y no para la salud de la gente", dijo Montenegro.
Enfrentamientos
Las Petacas vive hoy una situación muy particular en la que se enfrentan sectores ambientalistas con productores. Con sólo pasear por sus calles se puede observar una total penetración de las actividades rurales en el área urbana.
Hay gran cantidad de galpones en los que se guardan agroquímicos y mosquitos -como llaman a los aspersores- además de acopios de envases para la venta como material plástico y bidones quemados en el basural. La actividad de los Vecinos Autoconvocados irritó a autoridades y colonos quienes se reunieron para evaluar la situación. La tensión llegó a tal punto que hubo quienes propusieron "echar del pueblo a los que se alineasen con los ambientalistas" y estos últimos denunciaron presiones de toda índole y hasta ahora sólo cuentan con la esperanza de que alguien los escuche y tome cartas en el asunto.
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Fotos
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Algunos inescrupulosos productores arrojan los envases de los tóxicos productos en precarios basurales al aire libre donde es frecuente el contacto con seres humanos.
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