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domingo,
29 de
enero de
2006 |
Para el cuartel
"En un segundo, esto tiró por la borda todo el trabajo que estamos haciendo desde hace tres o cuatro años". La frase pudo escucharse en la casa de la familia Lucarelli, en Asurmendi al 800 de Acebal. Los Lucarelli son una de las tantas familias que en la capital de la poesía trabajan para sostener a sus bomberos. Desde hace casi un lustro la Asociación de Bomberos Voluntarios comenzó a organizar fechas de picadas en el picódromo Don Carmelo para recaudar fondos para solventar el funcionamiento de 25 socorristas, una autobomba, un camión cisterna y una unidad de rescate. También llevan a adelante la construcción de un nuevo destacamento.
"Los integrantes de la comisión están tratando se asistir a los heridos. La verdad es que no sabemos qué vamos a hacer", explicó un integrante de la familia. Tras aclarar que "se paga un seguro de espectador", dijeron: "Acá se trabaja de buena fe y cada peso que se gana es para mantener el cuartel. Sólo esperamos que todo esto no termine con los bomberos de Acebal", suplicó otra de las integrantes de la familia.
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