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 domingo, 29 de enero de 2006  
Diversión y drama. Miembros de dos familias rosarinas fueron impactados por un vehículo en el picódromo de Acebal
Un auto mató a un espectador en una picada
Un viejo Valiant preparado que corría saltó sin control hacia el público. Murió un hombre de 41 años y sus tres hijas quedaron tendidas, una de ellas grave. El coche lo guiaba el padre del futbolista Leonardo Talamonti

Leo Graciarena / La Capital

Las 800 personas en el picódromo Don Carmelo, 35 kilómetros al sur de Rosario, esperaban el duelo entre un Chevrolet y un Ford, plato fuerte de la noche. Pero un rato antes el conductor de un Valiant I color rojo, que se preparaba para tirar, perdió el control y salió despedido hacia el sector donde estaba la gente sentada en sus reposeras. El bólido, de más de cuarenta años y casi dos toneladas de peso, arrolló a dos familias de rosarinos que estaban entre el público. "No nos dio tiempo a nada", comentó uno de los sobrevivientes. El auto enganchó a un hombre de 41 años y lo arrastró varios metros. El espectador murió pocos minutos después. Siete personas, tres de ellas menores, resultaron con heridas de diversa consideración. Una nena de 7 años está grave en el Hospital Vilela. El auto era conducido por René Talamonti, padre de Leonardo, ex marcador de Rosario Central y actual jugador de River Plate.

La noche del viernes estaba ideal para presenciar un espectáculo al aire libre. A partir de las 21 se desarrollaba en la pista ubicada en Cuatro Esquinas, la segunda fecha del torneo de verano. Cuentan los conocedores que Don Carmelo es, junto al circuito de Ovidio Lagos al 6800 y el picódromo de Fuentes, un lugar obligado para los amantes de las picadas. Hacia allí se dirigen los fanáticos que eligen tirar en un picódromo y no en una calle con sus vehículos preparados. Son autos que recorren los 250 metros estipulados en hasta 15 segundos. Con un incentivo extra: las competencias están organizadas por la Asociación de Bomberos Voluntarios de Acebal y no se corre por dinero sino por orgullo.


Pilotos y máquinas de todas partes
El promedio de espectadores en Don Carmelo, que tiene una década de historia, es de 800 personas. Cifra respetable si se considera que la pista es en realidad un camino de chacra mejorado ubicado a dos kilómetros de un caserío al costado de la ruta. Trescientos metros de tierra apisonada, con buena iluminación, demarcada por ruedas de camión pintadas de blanco. Algo que en la noche opera como un llamador que puede verse desde la ruta 14 o desde el camino de ingreso a la localidad de Acebal. La pista sobresale entre el verde profundo de un sembradío de soja y de castigado maíz. Hasta allí llegan, según cuentan en las veredas de Acebal, pilotos y máquinas de todas partes. También corren ciclomotores

Hasta allí fueron, siguiendo a un amigo que corría en Zanella 50, dos familias oriundas de la zona sur de Rosario. También llegó, pero desde la localidad de Alvarez, René "Oveja" Talamonti, de 50 años, padre del jugador de River pensando en animarse con un Valiant I de color rojo. Las familias rosarinas se ubicaron sobre el costado izquierdo, tomando como referencia la largada. El público, principalmente familias, se ubica a los costados de la pista, detrás de los taludes de tierra que elevan a los espectadores unos 80 centímetros del nivel del escenario de las picadas. La entrada cuesta cinco pesos y a los competidores se les reintegra el costo de la entrada.

Primero hubo tandas de motos y después las distintas categorías de autos. Eran las 0.30. Sobre la pista comenzaron a prepararse dos autos. Uno era un Valiant I color rojo de cuatro puertas, preparado para correr, con el Oveja Talamonti al volante. Un auto que despierta suspiros entre los nostálgicos y que fue construido por la Chrysler entre los años 1962 y 1965. Es conocido como el cola de pescado.

Probaron un par de veces y cuando se preparaban para enfrentar el verde del semáforo, y según coinciden varios testigos, Talamonti perdió el control del auto. El conductor trató de dominarlo pero los 1.800 kilos de hierro a más de 100 kilómetros por hora salieron despedidos hacia donde estaba el público. "Fue horrible. No puedo contarte lo que fue ver que el auto se venía encima", comentó Julio, quien se tiró al suelo y alcanzó a esquivarlo. "El auto se descontroló y cuando volanteó para corregir le pegó al otro vehículo y se vino para el lado de la gente", agregó el hombre. Fueron sólo tres segundos. El Valiant pegó contra el costado de la pista que operó como una rampa y literalmente se despegó del piso saltando los neumáticos de demarcación. Hizo sapito en otra elevación de tierra y arrolló a los espectadores.

"Pasó por arriba del talud y se fue encima de la gente", explicó Julio. El sobreviviente contó que el Valiant arrastró varios metros a Juan Díaz Crespo, de 41 años, quien murió cuando era evacuado de la pista. "Yo alcancé a asistir a mi cuñada y agarré a mi sobrina. Pero a Juan lo arrastró varios metros", contó Julio. El auto rojo dejó a su paso el horror y un coro de gritos e insultos. Tras pegar contra el talud, hizo un trompo y se detuvo a pocos metros del bufete, donde quedaron algunos trozos de su suspensión delantera.

Tendidas sobre el césped quedaron, heridas de diversa consideración, Mariana Marí, de 34 años, esposa de la víctima fatal, y sus tres hijas: Ana Belén, de 6 años, Brenda, de 7 y Débora, de 9. La mujer fue trasladada al hospital Provincial con politraumatismos varios. Ya por la tarde, al enterarse de la muerte de su compañero, la mujer pidió el alta voluntaria y dejó el nosocomio. De las tres niñas, Brenda quedó internada en observación en la terapia intensiva del hospital Vilela. También resultaron heridos con golpes y traumatismos varios Silvia González, de 33 años, y Christian Cabrera, de 20 -oriundo de Bombal-, ambos internados en el Centenario. Por su parte, Talamonti fue trasladado a la Clínica de la Paz de Alvarez, donde fuera de peligro quedó internado con custodia policial.

En la puerta de la seccional 28ª, quedó el Valiant con un golpe en el lateral delantero izquierdo y sin la rueda trasera derecha. Los investigadores trabajan ahora sobre el auto rojo para saber por qué se fue de la pista.
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El lugar donde el Valiant salió volando sobre los espectadores.

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