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 domingo, 22 de enero de 2006  
De gallegos y tanos

Entre la nostalgia y la renovada visión del pasado, los flamantes Museo Anconetani del Bandoneón y el Museo de la Migración Gallega en la Argentina (Mega), ambos ubicados en Buenos Aires, recuperan la memoria de los inmigrantes italianos y gallegos que dieron sello especial a la identidad argentina.

Buenos Aires fue a fines del siglo XIX la ciudad gallega más populosa. Y lo es aún hoy, ya que 2,5 millones de inmigrantes y sus descendientes habitan esa ciudad sobre un total de 4,5 millones diseminados en todo el país. Las cifras y su incidencia bien valían la creación del Mega (Chacabuco 955), una aspiración acariciada por todas las asociaciones de la colectividad.

Los fondos patrimoniales de este museo apuntan a reconstruir la memoria anónima y colectiva a través de las reliquias de un virtual baúl de inmigrante. Se presentan objetos sencillos, de uso cotidiano y algunos suntuarios, herramientas de labranza y de diversos oficios, fotografías, libros, monedas, pasaportes y billetes de viaje.

La mayor parte del material fue donado por los descendientes de los primeros inmigrantes. También hay videos que recopilan historias de vidas de una veintena de inmigrantes.

El Museo del Acordeón (Guevara 492), que se alza en el barrio de la Chacarita, recuerda al italiano Giovanni Anconetani (1879-1941). Nacido en Ancona, ciudad célebre por la calidad de sus acordeones, Anconetani fundó en 1918 la primera fábrica en Latinoamérica. Y fue inventor, compositor y luthier.

Al anconés se le debe la invención de un sistema de mecánica en los bajos del acordeón (ahora llamados "convertores") y otras mejoras del instrumento que hoy pulsan Antonio Tarragó Ros, Raúl Barboza y el Chango Spasiuk.

El montaje museístico se atiene a varios relatos que conforman el mundo del acordeón. Entre lo expuesto, una sala refiere la historia de vida de don Giovanni con abundante material fotográfico, partituras y una colección de instrumentos antiguos, algunos de origen alemán, entre los que hay acordeones, sinfonietas y concertinas con sus estuches originales.
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