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domingo,
22 de
enero de
2006 |
Resulta evidente el choque de culturas
La historia de cómo y por qué se creó el mural y luego se enterró permite atisbar el choque cultural que se produjo en los primeros años después que Hernán Cortés conquistó a los aztecas en 1521.
Los arqueólogos sospecharon primero la presencia del mural en el 2002 después que una cuadrilla de trabajadores que excavaba un desagüe halló piezas de yeso coloreado.
El eminente arqueólogo mexicano Eduardo Matos la califica como una de las obras sobrevivientes más antiguas de ese período y conjeturó que fue pintada por artistas aztecas educados en un inusual instituto fundado por monjes franciscanos para los hijos de los nobles indígenas.
Estos pintores aztecas desarrollaron un notable grado de expresión para la época. Los españoles por lo general exigían a los indígenas pintar según los estilos europeos.
Pero los monjes franciscanos en Tlatelolco trataron de defender a los indígenas de la esclavitud y se mostraron dispuestos a aprender el idioma, costumbres e historia de los aztecas. Los monjes quizás no hayan reconocido algunas de las referencias a dioses antiguos y otros símbolos culturales que los aztecas incluyeron en el mural.
Pero aun con la tolerancia de los franciscanos, Guilliem dice que algunos detalles del mural reflejan "un conflicto de intereses entre el fraile y el pintor".
La mayoría de las figuras humanas (incluso algunas con vestimentas indígenas) están pintadas con características europeas y dibujadas al estilo europeo utilizando perspectiva, en vez de los perfiles unidimensionales aztecas.
Pero los rostros europeos son meros dibujos de contorno, sin rellenar ni colorear con los tintes todavía brillantes usados en el resto del mural.
"El tlacuilo, el pintor principal, el gran maestro de la obra, está bajo la dirección y presión de los frailes", dijo Guilliem. "Allí entra un especie de conflicto. El que dirige la obra, le está diciendo que lo haga así y dice que sí, que lo van a hacer, y se pasan a otro elemento, al agua, los peces, la red, a lo que ellos están dando un verdadero valor y al final de cuentas, no lo terminan".
La relativa independencia de los monjes en Tlatelolco fue tolerada sólo unas pocas décadas por los gobernantes españoles, que empezaron a cuestionar la táctica franciscana de educar a los indígenas -y aprender de ellos- mientras los convertían.
Pero los artistas de Tlatelolco no cedieron totalmente. Cuando el tanque de agua cayó en desuso y el mural fue enterrado alrededor del 1600, los indígenas practicaron lo que parece haber sido un ritual totalmente azteca para calmar a los espíritus prehispánicos en la pintura.
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