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domingo,
22 de
enero de
2006 |
Descubrieron en México un mural
con símbolos aztecas y cristianos
Una excavación en un convento español devela una curiosa mezcla religiosa
Un arqueólogo pende de una viga angosta sobre los restos hundidos de un mural pintado por los indígenas poco después de la conquista española. Desde su precaria posición señala los adornos rojos, verdes y ocres en una de las pinturas más antiguas descubierta hace pocos días para indicar la mezcla de las dos culturas.
La vívida escena de animales reales y míticos que retozan junto a los lagos que había en la ciudad de México fue pintada por indios aztecas a principios de la década de 1530. Fue un período breve de tolerancia en una época en que los españoles destruían la cultura azteca para cimentar su régimen.
El arqueólogo Salvador Guilliem, que halló el mural bajo el piso de un ex convento español, usa la viga para evitar pisar o tocar la pintura, trazada sobre los márgenes de un tanque de agua que más adelante fue aplastado y sepultado ceremoniosamente.
Debido al entierro, se preservó la mitad inferior del mural de casi 15 metros de largo. Pero la mitad superior, de unos 30 centímetros de alto, se fragmentó en unos 25.000 pedazos, que los arqueólogos se aprestan a rearmar trabajosamente.
El esfuerzo vale la pena. La sociedad mexicana misma es un rompecabezas de influencias indígenas y españolas, y el mural equivale a una instantánea de cómo comenzó esa rica mezcla cultural.
"Todo va a sincretizarse allí, a fusionar dos pensamientos", dijo Guilliem en el lugar del hallazgo, en la plaza céntrica de Tlatelolco, donde una serie de ruinas aztecas y estructuras de la era colonial aparecen rodeadas de avenidas transitadas y edificios de los años 60.
En el centro del mural se divisa una sencilla cruz cristiana en blanco y negro, flotando sobre un trasfondo mucho más colorido y animado con escenas de pescadores, sapos, peces y otras criaturas.
A la derecha y por debajo de la cruz, los indígenas pintaron un ahuizotl, un animal azteca mítico con garras que semejan manos, que era considerado sirviente o representante del dios azteca de la lluvia, Tlaloc. A la izquierda hay un jaguar con una planta estilizada en su espalda, sobre la cual descansa un águila. Es una referencia a nombres de sitios prehispánicos y los reinos anteriores a la llegada de los españoles.
El mural presenta figuras minuciosas y elegantes de plantas lacustres, algunas de las cuales eran empleadas en la medicina tradicional azteca. (AP)
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Fotos
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Fragmento del mural en el que están representadas figuras míticas indigenas.
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