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domingo,
15 de
enero de
2006 |
La misma ambición con distintas historias de vida
A pesar de que los analistas insisten en que los programas de gobierno de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera se parecen, la historia de vida de los dos candidatos es bien diferente. Bachelet, de 54 años, es médica pedriatra, separada, agnóstica y madre de tres hijos. El golpe militar de Pinochet, en 1973, la marcó para siempre: su padre, el general de la fuerza aérea Alberto Bachelet, opuesto al golpe, fue preso y torturado por sus camaradas. Murió en la cárcel en 1974 por un infarto al corazón a consecuencia de las torturas padecidas en prisión.
Bachelet y su madre también fueron detenidas y torturadas durante un par de semanas, en enero de 1975, en una cárcel secreta. El mismo año salieron al exilio a Australia y Alemania. De regreso a Chile, en 1979, Michelle pudo concluir sus estudios de medicina, y tras el retorno a la democracia en 1990 se desempeñó como asesora para los ministerios de Salud y Defensa. En las elecciones de 1999 colaboró con la campaña del actual presidente Ricardo Lagos, quien en el 2000 la nombró ministra de Salud.
Casi dos años más tarde, el mandatario la designó ministra de Defensa, lo que la convirtió en la primera mujer en ese cargo en la historia de Chile y de América Latina. Su gestión generó elogios incluso entre sus detractores.
Un millonario al poder
Piñera, de 56 años, es economista con un Master de la Universidad de Harvard, está casado, tiene cuatro hijos y una fortuna calculada en 1.200 millones de dólares. Su carrera empezó cuando instaló una empresa pionera en el negocio de las tarjetas de crédito, y después incrementó sus haberes en la Bolsa. Además de acciones en varios sectores productivos, es dueño de un canal de televisión y del 27% de LAN, la mayor aerolínea comercial chilena.
El empresario, que se declara "humanista cristiano", representa a una derecha más moderada que la de su socio Joaquín Lavín, e insiste en que en 1988 votó "no" a la continuidad de Pinochet en el poder.
Hiperquinético y seguro de sí mismo, en sólo siete meses de campaña logró escalar dentro de la derecha y quedó como candidato único de la Alianza, desplazando a Lavín. Piñera fue senador entre 1990 y 1998. Esta es su tercera carrera a la presidencia. La primera fue frustrada por un caso de espionaje telefónico. Luego, en 1999, renunció en favor de Lavín.
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