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viernes,
30 de
diciembre de
2005 |
Tragedia nacional. El jefe de la administración porteña, Aníbal Ibarra, fue el blanco de la reclamaciones
Familiares de los muertos en Cromañón
y el aniversario del horror
El gobierno dispuso una jornada de duelo. Una vigilia para recordar el siniestro que dejó 194 víctimas fatales
Los familiares y amigos de las víctimas y de los sobrevivientes del incendio del boliche República Cromañón comenzaron una serie de actividades para recordar a las 194 víctimas del trágico hecho ocurrido hace un año, durante un recital en el local de la zona porteña de Once.
El gobierno nacional decretó que hoy sea una jornada de duelo en todo el país en adhesión a lo dispuesto en el mismo sentido por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que ayer pegó afiches en las principales calles con la inscripción "Memoria. Verdad. Justicia"
Kirchner fundamentó la promulgación del decreto de duelo en que "el gobierno y el pueblo de la Nación argentina acompañan con su solidaridad y pesar el dolor de los familiares de las víctimas" de Cromañón.
Los familiares comenzaron ayer temprano las actividades en el marco de los actos centrales de hoy, cuando se cumpla un año de la tragedia, sucedida a las 22.50 mientras el grupo Callejeros iniciaba su recital.
Un grupo de padres de víctimas desplegó un inmenso cartel de 84 metros de largo con las fotos de cada una de los 194 jóvenes y la colgó en el vallado que rodea a la Jefatura del gobierno porteño, organismo sindicado por esos padres como uno de los responsables de la tragedia.
Además del cartel, los familiares colocaron afiches con definiciones muy duras contra el suspendido jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y otros en los que se resalta la solidaridad de los asistentes a esa trágica noche en el boliche de Once.
En horas de la tarde, otros padres colocaron carteles con las fotos de sus hijos en la plaza de la República, donde a partir de las 20.30 se proyectó la película "Cromañón, retazos de la memoria", primer largometraje sobre la tragedia realizado en forma de documental.
Desde las 21 todos se concentraron en la plaza de la Memoria, erigida en Bartolomé Mitre y Ecuador, lugar donde hace un año funciona el "santuario" con las fotos de las víctimas, situada en la esquina donde estaba emplazado el boliche.
Para las 17 de hoy está prevista la misa en la Catedral, a cargo de monseñor Jorge Bergoglio, y a las 18 habrá una concentración en Plaza de Mayo, donde se leerá un documento y los nombres de los fallecidos.
"Los pibes fueron muy solidarios"
"La fecha la vivimos con dolor, pero en un año aprendimos mucho. Además, debemos pensar en los otros chicos", dice Pablo Blanco, padre de Lautaro, de 13 años, quien murió en la tragedia. "También estaba en el local mi hija Mailín, de 17, pero ella sobrevivió tras ser atendida 11 días en terapia intensiva".
"No sabemos quién la salvó sacándola del lugar, y si esa persona está viva", relató a La Capital el hombre de 46 años, que además es papá de Martín (16) y Malena (9).
Indicó que muchos salvaron a otros jóvenes y que un trabajo realizado por docentes porteños señala que "el 40 por ciento de los chicos que murieron en Cromañón, habían salido con vida del local, pero fallecieron al entrar a socorrer a los otros que estaban atrapados".
"Esos pibes fueron muy solidarios, de eso casi no se habla. Tampoco se dice que quienes prenden bengalas lo hacen para ser vistos, para llamar la atención porque necesitan que los veamos", resalta.
Lautaro era fanático de León Gieco, como toda la familia. "Le gustaban las letras de Callejeros y quería tocar la guitarra para armar una banda que se llamara «Mirá que loco». Jugaba al fútbol, como defensor, en un club de Barracas, pero después se le dio por ser arquero y era muy bueno. También jugó un tiempo en Boca -su club-, pero lo dejó porque no le gustaban los criterios que manejaban".
Tras la tragedia, el cuerpo de Lautaro fue reconocido, a las 17 del 31 de diciembre por "un hermano de la vida: Milcíades Peña, el legislador porteño hijo de un reconocido historiador. Nos conocemos desde adolescentes, la militancia y también trabajamos juntos en un programa de radio. Además, Milcíades es padrino de Mailín".
Pablo trabaja en Metrogas, es delegado gremial y hace con su esposa -en radios alternativas- un programa sobre deportes en los barrios. "Fui militante de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH) y vengo de una familia peronista. Mi viejo me llevó a ver asumir al presidente Héctor Cámpora en 1973. En ese acto, mi padre le dijo a un compañero, señalándome, «estos chicos podrán vivir en un país mejor». Pero, después mi padre anduvo escondido de los militares. También tengo una prima desaparecida. Mi generación fue víctima del terrorismo de Estado, mi hijo es una víctima del estado de abandono", remarca.
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Fotos
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Familiares y amigos de las víctimas se reunieron en la plaza a la Memoria.
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