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miércoles,
28 de
diciembre de
2005 |
Un caso entre 8 millones
Lautaro nació sano y rozagante hace dos años. Como indica el calendario de vacunación, a los dos meses lo inmunizaron con la Sabin en el dispensario provincial de Ovidio Lagos y Rueda. Pero a los 32 días hubo que internarlo. Tenía el 75% del cuerpo paralizado, estrabismo y problemas vasculares. Luego de varios estudios y de que lo vieran los especialistas, una médica, que había conocido los cuadros de poliomelitis, reconoció en Lautaro un caso de polio. Su caso se da en uno de cada 8 millones de niños inoculado con virus vivos.
Actualmente Lautaro hace rehabilitación, tiene atrofiada la pierna derecha y el brazo izquierdo desde el hombro al codo. En la mano derecha no hace pinza con el pulgar y el índice, por lo tanto le resulta muy difícil tomar los objetos. Su cadera tiene una rotación hacia afuera que se nota al caminar. Se encuentran afectados los tejidos nerviosos. La rehabilitación únicamente le permite mejorar su calidad de vida.
Sus padres reclaman que el Estado informe con claridad sobre las vacunas del calendario oficial obligatorio. "¿Por qué no nos dijeron que existía semejante riesgo?; ¿por qué no nos informaron sobre la vacuna Salk? Nosotros hubiéramos hecho un esfuerzo para ponérsela, aunque saliera cara. Hoy nadie nos devuelve la salud de nuestro hijo, y nosotros tenemos derecho a decidir qué es lo mejor para él", manifestaron los padres de Lautaro a este diario. Asimismo, reclaman al Estado la inclusión de la vacuna Salk en el calendario obligatorio.
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Fotos
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La doctora Andrea Uboldi.
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