Cuando se ven "mosquitas"

El desprendimiento del humor vítreo ocasiona dificultades en la visión. Es un problema frecuente después de los 50 años que afecta tanto a hombres como a mujeres

"Doctor, desde ayer, veo mosquitas". La revelación es frecuente en personas de más de 50 años, hombres o mujeres, que se acercan al oftalmólogo preocupados porque repentinamente tienen dificultades en la visión en uno o los dos ojos. Las "mosquitas" son, en realidad, el síntoma de un problema que afecta a buena parte de la población adulta: el desprendimiento parcial del humor vítreo. Se trata de una patología que si bien no conlleva riesgos como la pérdida total de la visión, bien puede causar complicaciones en la calidad de vida de quien la padece.

"A veces las molestias son menores y el paciente se acostumbra. En otros, los menos frecuentes, las dificultades pueden ser más profundas y entonces es posible pensar en una intervención quirúrgica", explica el oftalmólogo Matko Vidosevich.

De todos modos, la gran mayoría de los casos de desprendimiento del humor vítreo no tiene tratamiento ni solución alguna. "Una vez que sucede no se recompone pero tampoco es progresivo. Eso sí, cuando aparece en un ojo no es raro que más tarde se presente el problema en el otro", afirma el especialista.

El vítreo es un gel claro que rellena toda la cavidad ocular detrás del cristalino, que está en contacto con la parte interna de la retina. Su desprendimiento se puede producir por diversas causas. La más frecuente es el envejecimiento de esa "película transparente" a causa de la edad, lo que provoca la "caída" de porciones de esa lámina y su oscurecimiento en partes, lo que genera esa visión como de "mosquitas voladoras". También puede producirse por traumatismos (un choque o golpe fuerte) o por ciertas enfermedades sistémicas (infrecuentes) que lo predisponen. Aunque no es común, puede suceder que el desprendimiento del vítreo arrastre un desprendimiento de retina.

"En ocasiones el vítreo se lleva consigo a la retina, produciendo un desgarro, pero no siempre un desgarro de retina predispone un desprendimiento de retina", aclara Vidosevich, y agrega que "si hay un desgarro de la retina se puede tratar con láser y si se produce el desprendimiento es operable" (ver aparte).

En cuanto a las molestias ocasionadas por el desprendimiento del vítreo, el oftalmólogo refiere que si bien es un problema definitivo, "la mayoría se acostumbra a esas mosquitas o miodesoxias y terminan perdiendo importancia en cuanto a la dificultad visual, incluso, pueden disminuir su tamaño o densidad". En cuanto a la ayuda farmacológica, Vidosevich afirma que sólo en algunos casos se indica algún antiinflamatorio pero señala que "no hay otro medicamento disponible que mejore el cuadro".

Aunque no se cuenta con estadísticas, el profesional revela que es una consulta "muy frecuente" en los consultorios oftalmológicos y detalla que las personas que sufren de miopía crónica tienen, en general, una mayor predisposición a sufrir problemas en el vítreo.

"Ante la aparición de manchas o flashes hay que consultar de inmediato. El desprendimiento del vítreo no se puede evitar con acciones previas, pero siempre que aparece una dificultad repentina en la visión hay que hablarlo con el oftalmólogo", recomienda Vidosevich. En rigor, tanto en la infancia como en la adultez, todas las personas deberían realizar una visita de rutina al oftalmólogo para chequear el estado de su salud visual.

"Ante la aparición de manchas o flashes hay que consultar de inmediato", afirma Vidosevich.