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viernes,
23 de
diciembre de
2005 |
Incertidumbre y confusión por el negocio del gas
San Pablo. — Bolivia tiene bajo tierra suficiente gas para abastecer a América del Sur durante años, una riqueza natural que podría aliviar la pobreza en uno de los continentes más necesitados. Pero con la elección de Evo Morales como el primer presidente indígena de la nación andina, las posibilidades de que Bolivia emerja como la segunda reserva de gas natural más importante de América del Sur, después de Venezuela, están más confusas que nunca.
Morales planea “nacionalizar” la exploración de gas y la industria de producción controlada por empresas extranjeras, pero Bolivia no tiene el dinero o la experiencia para asumir esas tareas, dijeron expertos y analistas de petróleo de América Latina. Ahora, todos, desde ejecutivos de empresas petroleras a países como Brasil y Argentina que usan grandes cantidades de gas boliviano, están analizando cada una de las palabras de Morales, mientras él se prepara para asumir el poder en enero.
Morales dijo esta semana que no habrá confiscación de activos de las grandes compañías petroleras que han invertido 3.500 millones de dólares en Bolivia: la brasileña Petróleo Brasileiro SA, la británica BG Group PLC, la francesa Total SA y la hispano-argentina Repsol YPF. Sugirió también que Bolivia fortalecerá sus relaciones con las compañías petroleras estatales y valorará sus propuestas. Pero además aseguró que las reservas de gas del país han sido saqueadas, e insistió en que los contratos actuales de producción de gas son ilegales y deben ser renegociados.
Según analistas, una actitud pragmática de Morales podría desbloquear inversiones de una magnitud de 6.700 millones de dólares de las empresas petroleras que operan en ese país, duplicar la capacidad de producción de gas natural e incrementar las ventas a Brasil y Argentina.
“Morales debe bajar el tono y asumir una actitud más pragmática cuando asuma el cargo”, sostuvo el diario financiero Valor, de Río de Janeiro, tras un sondeo entre inversionistas en Brasil.
La conducta de Morales será determinante para reabrir o cancelar las inversiones brasileñas programadas en Bolivia, que de unos 400 millones de dólares anuales hasta 2003, han descendido este año a un quinto de esa cantidad, o aún menos, de acuerdo al diario.
“Conversé con varias empresas y todas están esperando que Morales deje a un lado el discurso radical adoptado antes de las elecciones para ahora enfrentar la realidad. Y la realidad es que las inversiones están paralizadas”, dijo Marco Aurelio Tavares, de la consultora Gas Energy.
Entre los programas paralizados están inversiones que permitirían en el corto plazo duplicar la producción actual de 40 millones de metros cúbicos de gas natural y poner en marcha nuevos proyectos, entre ellos dos que podrían generar miles de empleos: un polo petroquímico en la frontera boliviano-brasileña y una planta de fertilizantes.
Los dos proyectos requerirían inversiones de 2.200 millones de dólares. Expertos citados por el periódico dicen que Morales no conseguirá, unilateralmente, renacionalizar los activos que pertenecían a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y que fueron comprados por el gigante petrolero brasileño Petrobras.
Esas transacciones están regidas por cláusulas de arbitraje y la consecuencia jurídica de una nacionalización sería llevar la disputa fuera de Bolivia, probablemente a Nueva York o París. “Eso alejaría a todos los inversionistas y los financiamientos de los bancos, en un momento en que Bolivia necesita de recursos”, dijo una de las fuentes citadas por el diario.
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