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viernes,
23 de
diciembre de
2005 |
"Tatuado", la película de Eduardo Raspo, llegó a Rosario
"No me siento el actor del momento: sigo
en mi casa con las angustias de siempre"
Nahuel Pérez Biscayart cuenta cómo es su protagónico en el multipremiado filme argentino
Fernando Toloza (*) / La Capital
A los 19 años Nahuel Pérez Biscayart se convirtió en la figura joven del cine argentino. Lo hizo con su protagónico en "Tatuado", de Eduardo Raspo -filme que se estrenó ayer en Rosario-, y con su participación en "El aura", junto a Ricardo Darín. Amante del teatro, Pérez Biscayart también pasó por la televisión, de la que dice que no puede hablar mucho porque hasta ahora siempre trabajó en unitarios como "Disputas", "Sangre fría", "Botines" y recientemente "Mujeres asesinas". En el escenario se está presentando con "Los mansos", una obra basada en "El idiota", de Fedor Dostoievski.
-¿Cómo ves la película "Tatuado" a casi tres años de haberla hecho?
-La veo con un poco más de distancia, y me permite conectar emocionalmente con la historia más allá de mi participación. La disfruto como un espectador y veo el valor del trabajo que hicimos, más allá de las críticas que me puedo hacer.
-¿Esperabas que ganara los premios que obtuvo en los festivales de cine?
-La verdad es que no. En el Festival de Biarritz, donde la pude ver más como espectador, sospechamos que podía ganar algo porque le había gustado mucho a la gente. Al verla en ese festival me di cuenta de que la película tenía cosas que estaban buenas y me sirvió para entender la seguidilla de premios que vinieron después.
-¿En el Festival de Mar del Plata no le prestaron mucha atención?
-Me parece que no le dieron mucha bolilla. Yo ahí la vi por primera vez y todavía me sentía tan metido que no me daba cuenta de que estaba buena...
-¿Cómo fue trabajar en "El aura"?
-La pasé medianamente pero es una superproducción y ahí pasa algo con el proceso creativo, es como que se despersonaliza, se pierde intimidad. Es otro tipo de experiencia, pero lo que más sentí fue la ausencia de intimidad, esa intimidad que sí tuvo "Tatuado" y también "Glue".
-¿Qué es "Glue"?
-Es un proyecto que escribió Alexis Do Santos, que es un chico que nació acá en la Argentina y después se fue a estudiar a Londres, hace diez años. Consiguió plata en Holanda para desarrollar un guión y decidió filmar la película con esa plata, en digital y a partir de improvisaciones.
-¿Te gusta más eso que la superproducción?
-No es que me gusta más; está bueno poder hacer todo y recorrer las distintas propuestas de producción. Lo que rescato de "El aura" es que, a pesar de todo el tema de la superproducción, pude igual actuar. Obviamente, las cosas como "Glue" y "Tatuado" son las que, emocionalmente, te dejan más, porque el proceso creativo es más personal.
-¿Sentís que sos el actor joven del momento?
-No, la verdad es que no. "Tatuado" no la hice ahora, fue hace un montón. Fui el actor de aquel momento (risas), y del mes de rodaje que duró "El aura", y ahora soy el actor que está ensayando una obra de teatro semimontado, una obra alemana de un dramaturgo nuevo. Es tomar el texto y mostrarlo en proceso. No me siento el actor del momento: yo estoy acá en mi casa con las angustias de siempre, nada más que hay películas en las que trabajé en cartel. Si es como vos decís, la verdad es que no me doy cuenta.
-¿Te angustia la actuación?
-No, te hablo de una cosa más pequeña, más cotidiana, el tema de uno con su entorno, con las cosas más básicas. La verdad es que no proyecto nada a nivel carrera, y por eso no me genera angustia. Me puede generar angustia un estreno, ver mucha gente y no entender por qué estoy ahí.
-¿Tenés algún actor o actriz al que te guste ver actuar?
-Verónica Llinás. Pero no soy fan de ningún actor ni sigo la filmografía de nadie. Me gusta mucho conocer a un actor y verlo accionar, ver cómo es personalmente, aunque después se me hace una mezcla entre lo afectivo y lo profesional. Puede haber un actor increíble pero que es una mierda de persona (risas), pero cuando veo a alguien brillante y que personalmente tiene un mundo muy atractivo, me dan ganas de compartir, de tener un vínculo. Pienso en Verónica porque trabajé con ella en "Glue", donde ella hacía de mi madre. Odio un poco estas preguntas porque no sé qué responder.
-Estás haciendo al príncipe Mishkin en la obra "Los mansos", sobre "El idiota" de Dostoviesky. Es un personaje epiléptico como el de Ricardo Darín en "El aura", ¿compararon sus personajes?
-Fue una coincidencia y "El aura" se estrenó cuando en la obra ya estábamos con funciones, pero habíamos eliminado del texto una parte en la que se describe cómo era el ataque, una descripción que Ricardo hace en una parte de la película, así que son dos cosas distintas.
- ¿Cómo es tu relación con la televisión"?
-Hice hace poco "Mujeres asesinas", pero la verdad es que me parece que mi trabajo en la tele está muy teñido por el cine: lo primero que hice fue con Adrián Caetano, después seguí con Alejandro Maci, hasta "Botines", con Jorge Nisco. Siempre fueron unitarios y en locaciones, así que al ritmo televisivo televisivo nunca lo viví. Pero no es que me sienta un actor de cine y nada más. Me siento actor cuando la paso bien, y puede ser en el cine o en la televisión.
(*) Ultima nota de Fernando Toloza,
que se publica en homenaje a su memoria.
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"Cosas como las que hicimos en este filme son las que emocionalmente te dejan más", dijo Nahuel.
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