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martes,
22 de
noviembre de
2005 |
Una angustiante sorpresa
A los tres meses de embarazo, ginecólogos de San Luis detectaron que las bebas estaban unidas, entonces recomendaron a la madre que se trasladara a Córdoba para un tratamiento de mayor complejidad. El 28 de marzo nacieron en con un peso de 5,470 kilogramos entre las dos.
El jefe de cirugía pediátrica del Hospital Privado, Víctor Defagot, explicó entonces que se trataba de un caso de gemelas del tipo isquiopago, es decir, que sus cuerpos estaban fusionados a nivel de la pelvis inferior hasta el ombligo y por encima estaban separadas con una disposición normal de los órganos.
A pocos días del nacimiento, las bebas fueron sometidas a una intervención quirúrgica menor para desobstruirle parte de los intestinos.
Un mes y medio después fueron dadas de alta, y el 7 de octubre pasado se les practicó una cirugía preparatoria de la separación definitiva, colocándosele dos prótesis denominadas "expansores tisulares".
Se trata de especies de bolsitas que se ubican debajo de la piel y se van inflando progresivamente con el objetivo de estirar el tejido, para que la nueva piel obtenida permita cerrar adecuadamente las heridas de la separación.
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