En profundidad. Ghirardi analizó el éxito socialista

"Creo que el rosarino quiere a Lifschitz por varios años más"

El concejal electo dio a entender que la ciudadanía es la que va a reclamar la reelección del intendente

Walter Palena / La Capital

Horacio Ghirardi, el candidato que lideró la lista a concejal y que arrasó en Rosario con el Frente Progresista, cultiva extrañamente un bajo perfil, quizás porque a partir del 10 de diciembre tendrá la difícil tarea de articular consensos como titular del bloque oficialista. Más allá de que varias versiones lo señalaban para presidir el Concejo Municipal, el actual subsecretario de Gobierno dice que ese lugar será muy bien ocupado por Miguel Zamarini, aventando así cualquier malestar en las filas del PS por esa designación.

El concejal electo también se mostró moderado a la hora de evaluar el aplastante triunfo en Rosario, donde el socialismo se impuso en todas las seccionales, un hecho inédito desde que es gobierno, y que desmorona la principal crítica de la oposición: la existencia de dos ciudades, partida por las desigualdades. "Evidentemente la ciudadanía lo entendió de otra manera", sostiene, y agrega que la victoria electoral no invita al relax sino todo lo contrario, a profundizar una gestión de gobierno "para que Rosario siga creciendo".

Ghirardi no disimula su orgullo por la trascendencia nacional que adquirió la figura de Hermes Binner, pero deja entrever que sería un error catapultarlo como líder de un proyecto nacional de centroizquierda, como claman muchos, sin antes apuntalar la opción provincial para destronar al peronismo de la Gobernación santafesina. Sobre la confesión que hizo Miguel Lifschitz de no ir por un segundo mandato, el funcionario pone un signo de interrogación y afirma que, más allá de las respetables opiniones personales, será la propia ciudadanía de Rosario la que empujará con su clamor una eventual reelección.

-En las elecciones se dio un hecho inédito para ustedes, ganaron en todas las seccionales. ¿Qué explicación tiene de este fenómeno?

-Me parece que lo que estamos recogiendo es el fruto del proceso participativo que hemos impulsado ya desde la última etapa de la gestión de Binner, y particularmente a lo vinculado con el presupuesto participativo. Eso nos ha permitido una mayor cercanía y un diagnóstico más preciso de lo que la gente necesita. Además, se han concretado las obras planificados en conjunto.

-¿Con este resultado se cae el argumento de la oposición de la existencia de las dos ciudades?

-Evidentemente la ciudadanía lo entendió de otra manera, pero no hay que relajarse, sino profundizar los ejes de gestión. Sería necio, una actitud hipócrita negar los bolsones de pobreza que existen en Rosario. Lo que no nos parecía correcto tomar esto como una consigna de campaña y atribuirle al gobierno municipal la responsabilidad de esta situación social. Eso era lo que debatíamos con la oposición: que si había pobreza tenía que ver con un modelo de concentración de la década del 90.

-Ahora tienen la gran responsabilidad de sostener el caudal de votos en Rosario para el objetivo de máxima dentro de dos años: el proyecto Binner gobernador.

-En el escenario provincial, Rosario es casi determinante por su caudal electoral, y por la fuerte presencia que tenemos. Por suerte también hemos tenido un crecimiento importante en la ciudad de Santa Fe, la figura de Binner se ha agigantado allí, se afianzó y recibió un merecimiento que no tuvo en la elección anterior, lo mismo que en el norte de la provincia. Pero sí, Rosario va a ser clave para dar el salto que queremos dar y que es gobernar la provincia.

-El peronismo santafesino va a estar muy atento a cómo vote Binner en el Congreso. ¿Son conscientes de que lo empezarán a mirar con lupa?

-Suponemos que va a hacer así por la atención que ha despertado la figura de Binner, que con esta elección se ha convertido en una referencia nacional fuerte. Pero Hermes lo ha aclarado muy bien: en aquellas cuestiones que nuestro bloque considera positiva para el país las apoyaremos y las que consideramos que están en contra de nuestros principios las rechazaremos. Vamos a tener una actitud institucional madura y sobria.

-Luego del triunfo de Binner, referentes de la centroizquierda quieren impulsarlo como candidato a presidente, lo que implicaría sacarlo de Santa Fe. ¿Es apresurado hacer eso o deben apuntalar el proyecto provincial?

-Falta mucho tiempo y pueden pasar muchas cosas. Pero lo natural, lo que indica el sentido común, es el fortalecimiento de Binner como figura provincial y un serio candidato a gobernar la provincia. Nos parece que esto ha leído la ciudadanía y lo que de alguna manera esta en el aire, más allá de algunas especulaciones que pueden hacer legítimamente algunos referentes del arco progresista.

-¿Le hubiese gustado ser el presidente del Concejo?

-Los dos roles que teníamos que definir (presidencia del Concejo y del bloque oficialista) son de importancia. Me parece que el rol que me va tocar cumplir como presidente de bloque es de gran trascendencia, fundamentalmente en lo que hace a la marcha de la gestión y con las aspiraciones de Lifschitz. Y el papel de presidente del Concejo, que es más de carácter institucional, va a estar bien ocupado por Miguel Zamarini.

-Lifschitz dijo que no se ve gobernando cuatro años más la ciudad. ¿Es así o fue una declaración de ocasión?

-Me parece que fue una declaración de un momento frente a una pregunta puntual. Es cierto que Miguel siempre ha planteado que le parece que cuatro años en un espacio (la Municipalidad) es un buen tiempo. Habrá que ver qué sucede en los próximos dos años y también esto se discutirá oportunamente en nuestra organización política, pero siempre respetando su opinión. Creo también que va a pesar mucho la opinión de la ciudadanía. Me parece que la gente de Rosario lo quiere tener algunos años más de intendente.

-¿Aun en contra de su voluntad?

-Uno sabe que las opiniones individuales son respetables, pero a veces las voluntades colectivas tienen su peso.

"Ahora hay que profundizar los ejes de la gestión municipal".