Año CXXXVIII Nº 48937
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Señales
Economía
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 13/11
Mujer 13/11
Economía 13/11
Señales 13/11

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 20 de noviembre de 2005  
Para beber: caldos argelinos

Gabriela Gasparini

Lejos estoy de justificar los actos de violencia que conmueven noche tras noche distintas localidades francesas. Decididamente no creo que ese sea el método, pero veo un llamado de atención, un grito desesperado de jóvenes que se sienten dejados de lado por la sociedad, y que no ven que en el futuro sus posibilidades vayan a ser mejores (lo mismo que ocurre en buena parte del planeta). Quizás a muchos de mi generación les pase lo mismo que a mí, y estos disturbios protagonizados por una gran mayoría de adolescentes descendientes de argelinos les devuelvan las imágenes estremecedoras con las que una realidad, que en aquel momento veíamos lejana, nos golpeaba desde la pantalla en "La batalla de Argelia".

Entiendo que la situación de colonización y sufrimiento vivida por ese pueblo no puede de ninguna manera relacionarse alegremente con los vaivenes del mundo del vino, sólo deseo como tantas otras veces mostrar una industria que se desarrolla en los rincones más inesperados, y que suele acompañar el ir y venir de los cambios políticos. Pocos pensarían que en Argelia se elaboran vinos, y sin embargo supo ser el productor más importante de la región, pero en 1962 al independizarse de Francia, perdió a su principal comprador que, como se puede adivinar, era su colonizador.

La pérdida de esta colonia norafricana supuso, no sólo para el país galo sino para buena parte de los consumidores mundiales, la desaparición de hasta un 70 % del vino barato disponible en el mercado, ya que la vitivinicultura argelina jugó y juega, un rol fundamentalmente exportador debido a una población mayoritariamente musulmana, observadora de las normas de Islam. La nueva realidad que se estaba viviendo empujó a buscar otros mercados que fueron en un principio los que en aquel tiempo se conocían como los países del Este, y en menor medida Alemania.

Si bien poco a poco se fueron recuperando parte de sus consumidores, ni por asomo la industria volvió a alcanzar los niveles de antaño cuando daba ocupación a más de un tercio de la población. El país tiene dos zona vinícolas de importancia, Orán con las denominaciones de origen Coteaux de Tlemcen, Coteaux de Mascara y Monts de Tessala; y Argel con las denominaciones Coteaux de Zaccar, Dahra, Medea y Ain Bessem Boiura. Sus tintos más apreciados son elaborados con uvas procedentes de Tlemcem, Mascara, Haut Dahra, Zacca y Ain-Bessem, armoniosos, afrutados, con cuerpo y taninos considerables. Tiene rosados interesantes, y sus blancos son requeridos principalmente en los países nórdicos.

El clima lo hace proveedor de caldos de alta graduación y color que resultan ideales para mezclar con los vinos ácidos del sur de Francia. Las variedades más cultivadas son Cabernet Sauvignon, Merlot, Mourvèdre, Garnacha, Cinsaut, Alicante Bouschet, Tempranillo, Cariñena, Chenin, Trebbiano, Pedro Ximénez, Chardonnay, Moscatel, Merseguera y Farhana. En 1848 Frédéric Bastiat escribió un diálogo llamado "El recaudador" que tenía lugar, justamente, entre un recaudador, M. Lasouche y un viñatero francés, J. Bonhomme. El primero le requería al campesino seis toneles de su vino para saldar deudas del estado y otras actividades. En esta nota reproduzco un párrafo donde a través de la ironía, se muestra el sentimiento que desde siempre domina la relación entre franceses y argelinos.

- "¿Usted ha recogido veinte toneles de vino?

- Sí, a fuerza de cuidados y de sudor.

- Tenga la bondad de entregarme seis y de los mejores.

- ¡Seis toneles de veinte! ¡Bondad del cielo! Usted me quiere arruinar. Y, por favor, ¿a qué los destinará?

- El primero será entregado a los acreedores del estado. Cuando se tienen deudas, es bueno al menos pagar los intereses.

- ¿Y dónde ha puesto el capital?

- Esto sería muy largo contarlo. Una parte fue puesta antaño en cartones de cigarros que produjeron el más bello humo del mundo. Otro pagó hombres que se hiciesen lisiados en tierra extranjera tras haberla devastado. Luego, cuando estos gastos fueron ocasionados entre nosotros por nuestros amigos, los enemigos, no han querido huir sin llevarse la plata, que ha sido necesario prestar....

- Pasemos al quinto tonel, le pido.

- Ese va para Argelia.

- ¡Para Argelia! Y se asegura que todos los musulmanes son fóbicos al vino, los bárbaros! Yo mismo me he preguntado a menudo si ellos ignoran el Médoc porque son incrédulos o, lo que es más probable, si ellos son incrédulos porque ignoran el Médoc. Por otra parte, qué servicios me brindan ellos a cambio de esta ambrosía que me ha costado tanto trabajo.

- Ninguno; tampoco esto es destinado a los musulmanes, sino a los buenos cristianos que pasan todos los días en Berbería.

- ¿Y qué van a hacer que pueda serme útil?

- Realizar razzias y sufrirlas, matar y ser muertos, adquirir disentería y regresar a ser tratados, abrir puertos, abrir rutas, construir pueblos y poblarlos de malteses, italianos, españoles y suizos que viven de sus toneles y de otros toneles que vendré a pedirle todavía.

-¡Misericordia! Yo le niego rotundamente mi tonel. Se enviaría a Bicàtre a un viñador que hiciera tales locuras. Abrir rutas en el Atlas, ¡por Dios! Cuando no puedo salir de mi casa. ¡Abrir puertos en Berbería cuando la Garona se llena de arena todos los días! ¡Arrebatarme a los niños que amo para ir a atormentarlos a las Kabilas! ¡Me hacen pagar las mansiones, semillas y caballos que se entregan a los griegos y a los malteses, cuando hay tantos pobres alrededor de nosotros!

-¡Los pobres! Justamente, se deshace el país de este sobrante.

- ¡Mil gracias! Haciéndoles perseguir en Argelia el capital que les haría vivir aquí.

- Y además ustedes ponen las bases de un gran imperio, ustedes llevan la civilización a Africa y condecoran a su patria con una gloria inmortal.

- Usted es poeta, señor recaudador, pero yo soy viñador y yo me niego..."
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados