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domingo,
20 de
noviembre de
2005 |
Se fue a la cancha
La pasión por el fútbol -y por su equipo- es más fuerte. El príncipe Alberto II de Mónaco no se concedió ayer, día de su entronización, ninguna pausa. Tras la ceremonia oficial, el monarca del pequeño Estado de la Costa Azul fue al estadio de fútbol Louis II para ver enfrentarse a su equipo, Mónaco, con Saint Etienne. Y después del partido acudió, como estaba previsto, al baile de gala en la ópera.
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