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 miércoles, 16 de noviembre de 2005  
El cateterismo soluciona el 70% de las cardiopatías congénitas
Nuevas técnicas permiten intervenciones menos invasivas que disminuyen los riesgos

Florencia ='Keeffe / La Capital

Las estadísticas mundiales dan cuenta de que el 1% de los recién nacidos son portadores de una alteración en la anatomía del corazón. La gran mayoría de esas cardiopatías tiene resolución quirúrgica. Hoy, gracias a los avances de la ciencia, el 70% puede solucionarse con métodos menos invasivos que las cirugías tradicionales. Estas técnicas requieren poca anestesia, menor tiempo de internación y evitan abrir el pecho, por lo tanto, disminuyen considerablemente los riesgos.

El cateterismo intervencionista terapéutico, tal el nombre de la rama de la cardiología que se ocupa de estas prácticas, tiene en la actualidad respuestas para muchas de las cardiopatías congénitas. Se trata de una especialidad que comenzó a desarrollarse en los •80 y que en los últimos años ha conseguido hitos importantes, entre ellos, la posibilidad de intervenir quirúrgicamente a un feto dentro del útero materno.

Por el momento, las intervenciones correctivas por cateterismo se están realizando en sanatorios privados de Rosario y otros lugares del país y en muy pocos centros de salud pública de Buenos Aires debido al costo de los dispositivos que se utilizan.

Rosario será sede en los próximos días de un Congreso de Cardiología Intervencionista que abordará temas de actualidad vinculados con esta área de la medicina y que dedicará un capítulo a la resolución de las cardiopatías congénitas (ver aparte).

¿Cuáles son las patologías que se pueden resolver mediante estas técnicas? ¿En qué consisten? "Los avances en los tratamientos con métodos no tan invasivos permiten abordar problemas del corazón como la comunicación interauricular, la comunicación interventricular, el ducto arterioso permeable, la coartación de aorta y las estenosis valvulares que constituyen el grueso de las cardiopatías congénitas", explica Carlos Mackey, cardiólogo infantil a La Capital .

Oscar Saravalli, cardiólogo intervencionista infantil ejemplifica: "Si un tabique del corazón no se formó, lo que implica una comunicación entre las dos cavidades, eso necesita cerrarse; si existe una válvula a la que le cuesta abrirse y el corazón trabaja en exceso, hay que ayudarla a que se abra correctamente; si se presenta una malformación de arterias necesitamos corregirla ... Todas estas situaciones pueden resolverse en forma quirúrgica por cateterismo".

Anteriormente, en la gran mayoría de los casos, resolver cualquiera de esos problemas significaba abrir el tórax del niño, colocarlo en una bomba extra corpórea, en ocasiones detener el corazón y luego volver a poner todo en marcha, con riesgos importantes. En los últimos 20 años se empezó a pensar cómo corregir esos defectos sin exponer al chico a cirugías tan complejas. Es así que apareció el cateterismo cardíaco, que consiste en la introducción de unos finos tubos a través de arterias y venas, ingresando desde la ingle por medio de pequeños cortes. Apenas surgida la técnica, sólo se usaba para diagnosticar problemas del corazón. La experiencia llevó a pensar que con los mismos elementos y el agregado de algunos dispositivos, era posible no sólo diagnosticar, sino también corregir.


Tratamiento conjunto
Saravalli señala que en las cardiopatías más complicadas, "hoy se está utilizando un tratamiento híbrido que permite combinar cirugía convencional con cateterismo intervencionista. De esa forma logramos que la cirugía no sea tan larga, riesgosa y complicada. Parte de la intervención la hace le cirujano y la otra el cardiólogo intervencionista. Es un gran avance", afirma.

Los médicos consultados relatan que en una cirugía convencional el tiempo de la intervención puede ser de más de 8 horas cuando en el cateterismo se reduce a la mitad o menos. La internación también es más corta, siendo, generalmente, de una semana en terapia intensiva pos cirugía cuando se practica a corazón abierto, contra uno o dos días en sala común en la cirugía por cateterismo. La cantidad de anestesia que se usa también es mucho menor en el procedimiento por catéter.


Antes y después
"Algunas de las malformaciones cardíacas pueden detectarse antes del nacimiento a través de un estudio ecocardiográfico fetal que se realiza cuando los antecedentes maternos o familiares, o la exposición de la mamá a ciertos elementos dañinos, hacen sospechar que el feto puede ser portador de alguna malformación cardíaca", relata Mackey.

Pero en la mayoría de los casos es el pediatra el que detecta el problema a través de la auscultación, o es la propia mamá la que consulta al médico porque detecta que el bebé se cansa excesivamente al tomar la teta o la mamadera, tiene apneas (falta de aire) por las noches y se pone azulado o morado cuando se irrita o llora. También hay cardiopatías (que incluso pueden ser severas) que no dan síntomas.

Las malformaciones congénitas son diferentes a las que tienen las personas adultas y que se generan a través del tiempo, y se denominan "adquiridas" (como la enfermedad de las arterias coronarias que provocan angina de pecho o infarto y el engrosamiento de las paredes por hipertensión arterial), explican los especialistas.

En el caso de los niños, por medio de exámenes específicos (radiografías, electrocardiogramas, eco-doppler), es posible tener un diagnóstico preciso. "Los chicos pueden nacer sólo con una cardiopatía congénita, pero en un 30% el problema del corazón está asociado a otras malformaciones como las derivadas de un sindrome genético", agrega Mackey.

Los médicos cardiólogos consultados remarcan que cuando los padres reciben la noticia de que su bebé tiene un problema en el corazón requieren contención emocional "que no sólo debe ser brindada por el cardiólogo sino por todo el equipo que atiende al niño, el pediatra, el nutricionista, y si hace falta, sugerimos buscar asistencia psicológica".

"Si bien hay patologías que implican compromisos más serios desde el punto de vista de la salud, los avances permiten hoy darle chances de vida a esos niños que 30 años atrás eran impensadas", dice Saravalli.

"Es muy importante contar con un correcto diagnóstico, ser claros con los papás sobre la evolución y el camino que tendrán que recorrer, escucharlos y darles todas las respuestas que necesitan", destacaron ambos médicos.


Nueva especialidad
El hecho de que la neonatología haya avanzado considerablemente, que la cardiología tenga acceso a tecnologías de última generación y los médicos se especialicen cada vez más, permiten en la actualidad que muchos niños que nacieron con cardiopatías lleguen a la edad adulta. En Estados Unidos ya hay 800 mil pacientes adultos que nacieron con problemas y en Argentina unos 100 mil. Estos datos revelan que se hace necesaria una nueva especialidad (ya vigente en Estados Unidos) que se ocupa de la atención de los adultos nacidos con malformaciones en el corazón.
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Los cardiólogos Saravalli y Mackey dicen que hay que contar con el diagnóstico correcto.

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