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domingo,
13 de
noviembre de
2005 |
Los aliados y cómplices, entre delitos y millones
Durante los años 80, muchos musulmanes se trasladaron desde Medio Oriente a Afganistán para unirse a los afganos en una guerra contra la Unión Soviética que comenzó en 1979. Fue en esta época cuando Osama Bin Laden emergió como una figura importante en el grupo Afghan Arabs. Como venía de una familia multimillonaria, podía usar sus contactos con contribuyentes adinerados para ayudar a los soldados de Afganistán.
Osama contribuyó con una sustancial suma a una entidad llamada Bureau of Services, una red para reclutar gente para la causa afgana desde las comunidades musulmanas de Estados Unidos, Medio Oriente, el sudeste asiático y Europa. También creó campos de entrenamiento y proveyó armas a los soldados árabes. Lo que ahora se conoce como Al Qaeda fue formado por Bin Laden después de la derrota soviética a fines de los 80. En 1989, Osama fue invitado a mudarse a Sudán por el régimen en el poder, una facción militar aliada al Frente Nacional Islámico. Allí construyó caminos y además le dio dinero al gobierno para sustentar la guerra que mantenía con los separatistas del sur del país, a cambio de un permiso para establecer sus negocios en el país y crear una infraestructura para actividades terroristas.
En Sudán, Bin Laden empezó a expandir la Al Qaeda original fundada en Afganistán. Sus seguidores usaban sus puestos de trabajo en los negocios de Osama como una fachada para adquirir materiales para llevar a cabo atentados, como armas, explosivos y equipos técnicos. Los oficiales de inteligencia de Sudán también ayudaron a Al Qaeda facilitando pasaportes falsos y documentos de embarque. En ese momento, el rol de Al Qaeda consistía principalmente en apoyar con dinero, entrenamiento y armas los ataques terroristas de grupos aliados.
Sin embargo, en 1996, Osama debió trasladarse nuevamente a Afganistán. Sudán estaba bajo mucha presión debido a una sanción de la ONU por albergar a los terroristas que habían intentado asesinar al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, un año antes.
En agosto de 1996, Bin Laden anunció públicamente su guerra contra EEUU, la "cabeza de la serpiente", como él decía. Un mes después, los talibanes, una facción de Afganistán apoyada por Pakistán, tomaron el control de Kabul. Entonces Osama empezó a tender sus redes para alcanzar una alianza. Debido a esta relación, los talibanes experimentaron una fuerte presión extranjera, sanciones de la ONU y un aislamiento previo a los atentados del 11-S. A cambio obtenían de Al Qaeda cientos de combatientes y ayuda financiera.
Actualmente, la inteligencia norteamericana cree que la red se reagrupa en la zona fronteriza entre Pakistán y Afganistán, así como en ciudades paquistaníes y en Irán. Saad Bin Laden, hijo de Osama, estaría entre los refugiados en ese país.
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