Astrología: cambios planetarios

En el octavo signo, Escorpio, se desciende a las profundidades y se libra una batalla con el lado oscuro del alma. Aquellas pasiones que oscurecen la mente inferior deben ser doblegadas, por eso el trabajo de este signo exige una transmutación para que el ser sea gobernado por la mente superior o divina que habita en cada uno. Esa mente iluminada corresponde a Sagitario.

En la secuencia de la vida que representan los signos, en Sagitario despierta la ley divina, la conciencia moral (Júpiter es su regente dando sentido a la vida), representa la mente divina en la mitología clásica, y su homólogo griego en la mitología griega es Zeus, dios de los dioses y de los hombres. Este planeta para la astrología tradicional es el gran benéfico, asociado a la buena suerte y al triunfo, simboliza el principio de expansión, integración social, exploración y aprendizaje. Su tránsito por un signo es considerado muy positivo porque es sinónimo de crecimiento y progreso.

Los rasgos positivos de Júpiter son magnanimidad, nobleza, rectitud, ética, sabiduría, altruismo y generosidad; los negativos arrogancia, soberbia, intolerancia religiosa, fanatismo, superstición, codicia, derroche. Está representado por un semicírculo (la Luna) sobre una cruz (la materia), el alma que se eleva sobre la materia. Júpiter recientemente ha ingresado al signo de Escorpio donde permanecerá hasta fines de noviembre del 2006; transita un año en cada signo y su ciclo o revolución es de 12 (estuvo por última vez en Escorpio en noviembre de 1993).

Escorpio es un signo de extremos, apasionado y profundo, como signo de agua es emocional, intenso, propenso a las compulsiones y a los excesos. Júpiter imbuido por la energía de Escorpio exaltará tanto los rasgos positivos como los negativos: serán más intensos los resentimientos y la mezquindad, pero también la nobleza y el heroísmo. Puede ser un período en el que los ideales se vivan con gran apasionamiento y se luche con mayor osadía.

Durante este tránsito puede crecer el interés por los misterios, el misticismo, las ciencias ocultas, la exploración e indagación, y por asuntos conectados con la arqueología, la medicina, la psicología o la música. Se sentirá tanto la necesidad de lujos, derroche, codicia y deseo de poder que contraste con la pobreza y la miseria, como la valoración de la vida y la exaltación de valores espirituales. Actualmente el Sol transita Escorpio avanzando hacia una oposición con Marte que permanece opuesto en el signo de Tauro, por eso este mes será especialmente intenso.

También recientemente se hizo la Luna nueva en Escorpio, muy cerca de Júpiter, y varios planetas están transitando signos fijos (Tauro, Leo, Escorpio y Acuario), formando una gran cruz cuadrada en el zodíaco. La energía de los signos fijos se condensa generando mayor tensión, persistencia e inflexibilidad por lo que en este período pueden suceder hechos fuertes y violentos. Marte, planeta de la acción y la violencia, continuará en Tauro hasta febrero del 2006, no sintiéndose cómodo en este signo.

A la influencia de Júpiter se suma la oposición de Saturno en Leo, y de Neptuno en Acuario que continuarán en dichos signos a lo largo del 2006, lo que representa la lucha del idealismo utópico y social de Neptuno enfrentado a las estructuras rígidas de poder, el individualismo y el egoísmo. Por eso serán tiempos de transmutación y de crecimiento; el apego excesivo a la realidad externa y material puede ir acompañada de destrucción y sufrimiento. Sin embargo, resultará un buen momento para tomar conciencia de que el poder es efímero e ilusorio. El alma deberá abrirse a un sentimiento de unidad, crecer en el amor, comprender que no existe la salvación individual y que cada uno es una parte de la humanidad como un todo.

Cristina Giménez

Astróloga

crisgi56yahoo.com.ar