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domingo,
13 de
noviembre de
2005 |
Los estrenos bajo la lupa de Escenario
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"La sal de la vida"
Calificación: 4 estrellas. Intérpretes: G. Corraface y otros. Dirección: Tassos Boulmetis. Género: drama. Duración: 110 minutos. Salas: El Cairo, Showcase, Village y Del Siglo.
El cine griego tiene especial inclinación por mostrar costados costumbristas con particular ternura. "Mi gran casamiento griego", pese a ser una producción norteamericana, es la referencia más inmediata para el espectador en lo que refiere a pintar un lugar, con sus tradiciones, sus giros idiomáticos, su esencia paisajista. "La sal de la vida" va aún más allá. Se encarga de agregar vuelo y poesía, y se convierte en un filme imperdible. La película gira alrededor de todo lo que pierde y lo que gana Fanis, un niño griego que vive en Estambul y sufre la deportación a Atenas con su familia. Su abuelo, quien se queda en Estambul, es su ángel protector y lo marca a fuego desde la infancia. Gracias a él aprenderá las bellezas ocultas del mundo de la cocina y cómo lo gastronómico se vincula con los placeres de la vida. La película transita entre el presente y el pasado de Fanis, muestra la crisis política entre Grecia y Turquía, y se mueve entre el humor y el drama sin golpes bajos. Los momentos nostálgicos se disfrutan como esas comidas que llegan al corazón.
P.S.
"Cautiva"
Calificación: 4 estrellas. Intérpretes: B. Lombardo y S. Campos. Dirección: Gastón Biraben. Género: drama. Duración: 117 minutos. Salas: Showcase y Village.
La película de Gastón Biraben cuenta la historia de una chica a la que un día un juez le dice que es hija de desaparecidos. El filme comienza realmente en ese encuentro entre la chica y el magistrado. Aunque sin hacer alarde, Biraben trabajó en una línea borgeana, la que enfoca las relaciones entre violencia y sociedad, como en "Tema del traidor y del héroe" y "El cautivo", textos que hablan de la extraña y terrible región sentimental que habitan los cautivos. El director deja ver el contexto político pero su objetivo es el tembladeral en que vive la joven que recibe el golpe de otra identidad, la impugnación de las certezas primarias que tiene cualquier ser humano: nombre, familia e historia personal. Trabajador de la industria de Hollywood, Biraben parece tomar de ese cine la consigna de los thrillers, incluso alguno sobrenatural, pero siempre se mantiene en la realidad, con un distanciamiento que deja que el personaje interpretado con seguridad por Bárbaro Lombardo, crezca magistralmente en su desazón.
F.T.
"En buena compañía"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: D. Quaid y T. Grace. Dirección: Paul Weitz. Género: comedia. Duración: 109 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village.
La vieja comedia de situaciones no pierde su vigencia, pero atendiendo a las transformaciones sociales y económicas, incorpora los cambios con buenos resultados. Y eso es lo que pasa en el filme "En buena compañía". Las reestructuraciones empresariales no son ajenas a los cambios, como tampoco lo es la forma en que eso impacta en el mercado laboral. La película se ubica en el medio de una de esas tormentas a un hombre maduro, interpretado por Denis Quaid, quien además tiene que lidiar con una hija muy especial.
La trama se complica siempre un poco más. Para eso llega un ejecutivo joven que no sólo termina siendo una amenaza para su estabilidad laboral, sino que comienza una relación con su hija.
Aunque se trata de una comedia resuelta correctamente en lo formal y con un cuidado diseño de producción, el director filtra el conflicto del personaje protagónico, de modo de darle un perfil humano a las ecuaciones empresariales y la competencia por la supervivencia.
R.B.
"El viaje inolvidable"
Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: R. Duris y L. Azabal. Dirección: Tony Gatlif. Género: drama. Duración: 103 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village.
La película de Tony Gatlif es el revés del viaje de inmigración a Europa y a la vez una especie de peregrinación a la Meca. Zano y Naima pasan sus días en lo que se adivina una forma marginal en París. De pronto a él se le ocurre viajar a Argelia. Las razones son apenas claras al comienzo, luego se dice, brevemente, que van en busca de su origen, de los lazos que los unen con sus familias que migraron a Francia. En el caso de él, el periplo familiar fue Francia, Argelia, Francia. El de ella, Argelia y Francia, y un misterio que el filme no develará. Con una puesta en escena magistral, el filme de Gatlif recurre al género de la road movie, y apuesta un poco más al bordear casi el documental. Zano y Naima van, en su camino, en el sentido contrario a las corrientes actuales de migración, en las cuales los africanos buscan ganar la supuesta seguridad europea. Sin grandes problemas en el camino, el viaje de los personajes es interior. El espectador que se acomode a ese ritmo se sentirá interesado por la película.
F.T.
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