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domingo,
13 de
noviembre de
2005 |
Mercados
Las medidas son más de lo mismo
Salvador Di Stéfano
Las medidas que adoptó el gobierno nacional son más de lo mismo para los mercados. En primer lugar se apropia de renta del sector privado transfiriéndola al Estado al quitar los reintegros a la exportación. Por otro lado saca tímidas medidas en la órbita laboral que no ayudan a incrementar la inversión y crear mayores puestos de trabajo. Sin embargo, lo más ridículo es el anuncio de subas de encajes en el sistema financiero por parte del Ministerio de Economía, violando la independencia del Banco Central República Argentina (BCRA).
Claramente estas medidas son un mero paliativo ante la suba estructural de costos en la economía, y sólo pueden ayudar a engordar las arcas del Estado o enfriar la economía vía menos financiamiento a las pequeñas y medianas empresas, pero no solucionan el problema de la inflación a futuro.
El gobierno nacional intentó por varios medios incrementar la inversión del sector privado pero claramente nadie desea arriesgar en un país con una política tributaria que no está acorde con la inflación existente y termina afectando el capital invertido.
El Ejecutivo no permite aún ajustar por inflación la liquidación de impuesto a las ganancias y esto excluye a nuevos proyectos del mercado. En algún momento intentó amenazar con el control de precios, y el mismísimo presidente quiso a gritos contener la inflación enfrentándose con sectores empresariales con compañías ligadas al consumo, pero esto tampoco prosperó.
Ahora parece que desean enfriar la economía, congelar el gasto público, incrementar la tasa de interés, recortar financiamiento y quitarle rentabilidad a los sectores exportadores. De esta forma debería darse una desaceleración económica que le permita al gobierno mantener más controlados los precios de la economía. Daría la impresión que una vez más se equivocan, la inflación sólo podrán contenerla facilitando nuevas inversiones y permitiendo que se incorpore al mercado una mayor oferta de productos que satisfagan holgadamente la demanda existente.
Para ello deberían realizar en primer lugar un generoso blanqueo de capitales, con el fin de que los 130.000 millones de dólares que los argentinos poseen al exterior retornen al circuito productivo local. Para que se vean tentados a regresar, en segundo lugar, debería llevarse adelante una profunda reforma tributaria que permita hacer viables los proyectos económicos en nuestro país. En este caso pasaríamos de una economía cerrada a otra abierta, de una economía primaria y precaria a una con alta tecnología y de avanzada.
Claramente este gobierno y buena parte de esta sociedad se sienten más cómodos con autos viejos, sin crédito hipotecario y tecnología obsoleta que con una economía abierta, con crédito y una alta dosis de tecnología, en donde predominan los servicios sobre los bienes. Aún estamos muy lejos de la sociedad del conocimiento, este plan económico se apoya sobre el sector industrial tradicional y un campo beneficiado por la devaluación y los altos precios internacionales. Así generan mayor desigualdad ya que hay sectores que se presentan como altamente ganadores y los asalariados que padecen la inflación cada vez más perdedores.
Es una economía en donde quienes ganan reinvierten en la economía cerrada porque se sienten muy cómodos en ella, y en el marco de la alta inseguridad jurídica incrementan su exposición en bienes locales lo que nos lleva a una permanente y persistente reevaluación.
Si miramos las propiedades, bonos o acciones notamos claramente una sobrevaluación, pero como el plan aspira a profundizarse parecería que dicha sobrevaluación no ha llegado aún a su fin o al menos está a mitad de camino para alcanzar un techo.
Así, la economía doméstica sigue recibiendo dólares del exterior, el BCRA adquirió en la semana más de 100 millones de dólares y la tasa de interés se ubica en niveles muy bajos y negativos frente a la inflación. Los bonos siguen a la suba producto de la alta liquidez local e internacional, destacándose por su nivel de suba los bonos en pesos ajustados por inflación.
Como la suba de estos títulos no es eterna, se produce naturalmente un derrame sobre las acciones que se encuentran muy cerca de un importante piso de mercado luego de bajar durante cinco ruedas consecutivas y producirse un rebote técnico el viernes último. Tal vez las subas serán más selectivas pero no cabe duda que el mercado accionario tiene por delante un escenario muy alcista de la mano de papeles más ligados a los servicios como Telecom, Transportadora Gas del Sur o Banco Francés.
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