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 sábado, 12 de noviembre de 2005  
Relatos de monstruos y princesas en el Tercer Maratón de Lectura

Eugenia Langone / La Capital

Leyeron relatos y poesías, escucharon las historias de sus compañeros y contaron los cuentos que ellos mismos escribieron, donde se mezclaron princesas, monstruos, gallinas y corazones rotos. Así transcurrió ayer en Rosario el Tercer Maratón de Lectura que organizó a nivel nacional la Fundación Leer y de la que participaron en la ciudad casi 12 mil chicos de 31 escuelas. "Una verdadera fiesta de la lectura, una vez al año", como la definieron los organizadores.

El maratón es una actividad gratuita y no competitiva que desde hace tres años organiza la Fundación Leer, fue declarada de interés por el Ministerio de Educación de la Nación y cada año la propuesta convoca cada vez más chicos. Tal es así que en esta edición participaron más de un millón de chicos de todo el país (ver aparte).

Rosario fue una de las ciudades donde más chicos se hicieron escuchar. Es que ayer fueron 11.996 los alumnos de 31 escuelas que se sumaron a la propuesta, mientras que a nivel provincial los participantes sumaron más de 68 mil.

Y ayer en las aulas, los cuentos, los relatos, las poesías y los libros fueron los verdaderos protagonistas. En la escuela bilingüe toba Cacique Taygoré (Travesía y J.B.Justo), los chicos se prepararon para esta jornada durante toda la semana trabajando con la biblioteca ambulante que tienen en el establecimiento y ayer, entre grupos, intercambiaron lecturas.

En cambio, un centenar de chicos de 6º año de la EGB de la escuela José Ortolani, de Empalme Graneros, no sólo leyeron en las aulas, sino que además salieron del establecimiento para contar cuentos en los jardines de infantes del barrio. Algunos con títeres y otros a través de una obra de teatro, los alumnos representaron "El vendedor de globos" ante los chicos del Jardín Nº104 y del Jardín El Arbol de los Sueños, del mismo barrio. Mientras tanto, sus compañeros de los otros grados, leyeron cuentos para sus padres y maestros.

"Para ellos es importante, pero a veces les da mucha vergüenza y cuesta animarlos", contó a La Capital Mónica Cueva, docente de la Escuela Ortolani. Es que se trata de chicos de sectores necesitados, que muchas veces dejan la escuela para viajar con sus padres o para trabajar. "Son familias humildes y a veces cuando los papás se van a trabajar a la cosecha en el Chaco, se los llevan con ellos y no pueden terminar el año. Y otros dejan a la escuela porque tienen que ir a juntar cartón", contó la maestra, quien reconoció que "la experiencia los valoriza".


Sueños y demandas
La zona sur tuvo en la Escuela Domingo Matheu otro de los epicentros de este maratón. Allí, los chicos de 6º año salieron a leer cuentos a los chicos de una escuela especial, mientras que los de 5º año se juntaron a leer los cuentos que ellos mismos habían escrito a lo largo del año.

"Vamos al salón de lectura y de los libros de ahí sacamos mejores ideas", contó a La Capital una de las alumnas de 5º año, mientras que sus compañeros acotaban: "La seño nos pone música y nos hace pensar. Entonces, nos vienen cosas a la cabeza".

Así, príncipes y princesas, hombres lobos, monstruos y corazones forman parte de los personajes a los que los chicos les dieron vida en sus relatos, donde también se mezclan vestigios de películas y telenovelas.

"Una gallina en fuga" es la historia que escribió Nicolás Cardoso, donde el plumífero se escapa de su gallinero a través de un túnel. "Pero en el camino se encuentra cien pesos, entonces se va a un quiosco y se compra dos sandwiches y una Coca Cola", contó el propio Nicolás.

Y también hubo un príncipe que rescató a la princesa de manos de la bruja, y un hada que desató un hechizo, un hombre lobo que recorrió las calles de un pueblo "en busca de venganza", y un monstruo con ojos rojos y boca de pescado.

Pero otras historias sonaron a demandas, como el relato "Un planeta hermoso" de Sonia Segovia. Allí, la gente "era digna porque tenía trabajo", había valores como "la solidaridad", el aire era puro porque "todos cuidaban" el planeta, y los "gobernadores y los intendentes construían escuelas, las cuidaban y las limpiaban", y todos estaban "orgullosos. Pero era un sueño", escribió Sonia.
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Pibes de la Ortolani leyeron en un jardín de infantes.

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