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domingo,
06 de
noviembre de
2005 |
La cumbre. Un desafío inconcluso
El fracaso del intento para desdibujar el rol del Alca
El gobierno argentino quiso sacarle trascendencia a una cuestión clave en la
agenda de Estados Unidos
Aunque más no sea por la negativa, el proceso del Area de Libre Comercio de las Américas (Alca) cobró protagonismo en la reunión de jefes de Estado que se llevó a cabo en Mar del Plata.
La sola discusión sobre mencionar o no al Alca en el texto de la declaración de la IV Cumbre de las Américas, con todos los problemas que trajo aparejados, puso bajo cuestionamiento la idea que tenía el gobierno argentino de que se podía obviar ese punto.
El presidente Néstor Kirchner intentó proponerle al resto de América, sobre todo a América latina, un nuevo punto en la agenda económica enfocado hacia un problema social muy caro a estos países, como es el empleo decente y su relación con la estabilidad política.
Si bien la intención es muy valiosa y rompe con cierta tradición de alineamiento automático a las políticas de Estados Unidos de algunos gobiernos argentinos en el pasado reciente, quedó claro que es muy difícil pretender pasar por alto la agenda que impone la primera potencia mundial.
La intransigencia del Mercosur a que le pusieran fecha al Alca, una idea que está en 25 de las 34 delegaciones que estuvieron en esta ciudad, operó tal vez involuntariamente en contra de discutir sobre empleo o al menos el tema se robó las cámaras.
Igualmente, es de rescatar que a pesar de las fuertes presiones que hubo, Argentina y los países del Mercosur no aceptaron bajarse de sus principios y lograron introducir en el Alca la discusión sobre asimetrías entre los países y subsidios agropecuarios.
En lo concreto, la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata al final fue de una reunión donde el tema comercial marcó el ritmo e incluso llegó por momentos a hacer peligrar todo el evento.
Tal vez faltó un poco más de muñeca política de la parte argentina para buscar una forma en la que, sin perder de vista el precepto de no aceptar acuerdos inconvenientes, mantuviera un espíritu negociador, reconociendo objetivamente que la primera potencia del globo y la mayoría de las naciones están a favor. "Estamos de acuerdo en disentir", fue el óximoron que eligió el vicecanciller argentino, Jorge Taiana, para describir el estado de las cosas.
De pronto, si al final no es un problema de nombre, sino de contenido, entonces no era necesario tampoco eliminar Alca en el texto, sino más bien darle un nuevo sentido.
Por otro lado, las aspiraciones del venezolano Hugo Chávez de "enterrar" el Alca al menos tendrán que postergarse. Las delegaciones acordaron un nuevo encuentro entre funcionarios de "bajo rango" para ver dónde están parados.
Todo después de la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en diciembre en Hong Kong. Allí se discutirá si se eliminan los subsidios agropecuarios y, si es así, cuándo. Ese el próximo desafío del Mercosur.
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