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domingo,
06 de
noviembre de
2005 |
Los entrenadores llegan "cargados" al clásico
Gustavo Conti / Ovación
En aquellos clásicos de la Copa Sudamericana se presumía que el que perdiera pagaría un costo muy alto. Y así fue. Juvenal Olmos se fue luego de la derrota ante Arsenal, aunque hasta hoy se ve claramente que el problema rojinegro no puede atribuirse sólo al timón del plantel profesional, y Nery Pumpido empezó con el paso demasiado cambiado pero no para que se piense que sea de corto alcance. En la otra vereda, Ariel Cuffaro Russo logró un crédito importante, que no parece resquebrajado al punto de dudarse su continuidad, pese a las malas actuaciones canallas posteriores.
¡Atenti igual!. Eso indica la lógica de la realidad de ambos, pero hubo demasiadas actitudes misteriosas durante la semana como para pensar que los entrenadores están tranquilos, sobre todo del lado canalla. Los dos técnicos llegan con dos derrotas a cuestas y evidentemente con una mochila en el lomo que pesará más con una caída en el clásico. Ellos, sobre todo Cuffaro, parecen sugerir que no pueden perder de ninguna manera.
La mochila de Pumpido es la de no haber arrancado al hincha aún una sonrisa de confianza, y la de que su primer acto de gobierno fue no intervenir en la separación de un grosso como Maidana o un querido de la gente como Manso. Y puede empezar a inclinar la balanza hacia el lado opuesto, aunque no se puede obviar de que se trata de su tercer partido recién. Si bien no es un técnico de cerrar las puertas a los entrenamientos, sí lo hizo durante la semana el día del fútbol y mantiene la incógnita sobre el equipo hasta hoy, algo que no hizo ante Olimpo y Boca.
La mochila de Cuffaro parece ir con valor agregado, en una semana muy extraña y donde cerró exageradamente el acceso a la prensa. Si bien don Angel siempre se mantuvo en contacto con el plantel, nunca se hizo tan omnipresente. Concurrió a todos los entrenamientos, apuntaló al pibe Vecchio, se mostró como en los tiempos de la dupla técnica y eso dejó en evidencia que hay río revuelto en el frente interno. Siempre apareció Zof cuando la situación se salía del cauce, y aunque esta ocasión es diferente porque el técnico es su discípulo, el riesgo es que le quita autoridad, quiérase o no.
La inestabilidad del equipo y las categóricas derrotas ante Tiro Federal y River Plate parecen dejarlo a Cuffaro más expuesto, porque no se puede conmensurar hoy hasta dónde llega su crédito de la Sudamericana. A Pumpido no le va mejor, pese a que es ajeno a aquella derrota. Sólo que no está tan en la vidriera aún.
Nery y Cuffaro juegan su partido. El copero se lo ganó el canalla a Olmos y lo tumbó. El y su rival de hoy no parecen dirimir el puesto esta tarde, aunque interiormente saben que son los primeros fusibles y nunca pueden calibrar bien la reacción de la gente.
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