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viernes,
04 de
noviembre de
2005 |
Tensión social en Francia. Inmigrantes africanos, entre la marginación y la delincuencia
La ola de violencia juvenil recrudece
en los guetos marginales de París
Disparos contra la policía, incendios y actos de vandalismo caracterizaron la séptima noche de disturbios
Bobigny. - La periferia de París sufrió la séptima noche consecutiva de violencia, con incendios, asaltos a edificios públicos e incluso disparos contra la policía, mientras el gobierno conservador intenta sofocar los disturbios. La situación se ha agravado porque los incidentes se registran en un mayor número de lugares y porque aumenta la violencia. Además, las protestas -que surgieron en Clichy-sous-bois tras la muerte accidental de dos jóvenes-, han abierto el debate en Francia sobre la relación entre marginación y delincuencia en algunas zonas de París.
Los mayores enfrentamientos parecen ocurrir en el amplio departamento Seine-Saint-Denis, al noreste de la capital francesa. Grupos de jóvenes dejaron en la madrugada de ayer un rastro de automóviles, colectivos y tiendas incendiadas en nueve suburbios en el norte y este de París, donde viven inmigrantes africanos frustrados por la falta de trabajo y el reconocimiento de la sociedad francesa. "Es una situación dramática. Es muy serio y tememos que los acontecimientos puedan incluso empeorar", dijo Francis Masanet, secretario general del sindicato de policía Unsa.
En las últimas horas, los manifestantes incendiaron 177 vehículos y atacaron una escuela primaria y un centro comercial. Cuatro policías y dos bomberos resultaron heridos, incluyendo uno con quemaduras en su rostro producto de la explosión de un cóctel Molotov.
El prefecto Jean-Francois Cordet, el principal responsable gubernamental en la región de Seine-Saint-Denis, confirmó que se habían registrado disparos contra la policía y los bomberos en tres incidentes independientes. No se registró ningún herido en los tiroteos, pero 23 personas continúan bajo custodia.
El premier francés, Dominique de Villepin, declaró ayer que la prioridad de su gobierno es recobrar el orden en los guetos de los suburbios de París. "Enfrentarnos a los incidentes de los últimos días, el regreso a la calma y el orden y el restablecimiento del orden público son la prioridad, nuestra prioridad absoluta", dijo Villepin ante senadores franceses. "Todo esto es inaceptable", declaró Villepin. "El Estado no se rendirá. El orden y la Justicia en nuestro país tendrán la última palabra", agregó.
La violencia urbana estalló en la noche del jueves de la semana pasada, después de que murieran electrocutados dos adolescentes en Clichy-sous-bois. Pensaban que la policía los perseguía y treparon una cerca de un transformador, donde recibieron descargas eléctricas que los hirieron mortalmente.
La gente tiene miedo
En un supermercado en el centro comercial de Bobigny, el personal barría los vidrios rotos y se preocupaba por el futuro. "Si esto continúa, voy a tener que cerrar. Los clientes tienen miedo. Normalmente hay mucha gente aquí a esta hora del día", dijo un zapatero local, que pidió no ser identificado.
Los gobiernos europeos han estado confrontando la violencia en áreas deprimidas de las ciudades, y los disturbios en Francia suceden a pesar de las medidas contra el crimen tomadas por el ministro de Interior, Nicolás Sarkozy, para establecer la ley y el orden.
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Policías antimotines trasladan a dos manifestantes tras los disturbios.
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